Se estima que el 83% de casos de suicidio se da en adolescentes, por lo que los padres de familia o los que cuidan muchas veces no identifican qué está pasando. Por ello es importante que se trabaje por una mejor integración familiar. Las personas con ideas suicidas siempre muestran algunas señales que pueden servir para la prevención.
Los suicidas, en especial los adolescentes, se ponen más irritables o impulsivos. Tienen alteraciones de sueño o apetito. Muchos empiezan a regalar sus cosas o despedirse. Un familiar debe darle importancia a esas señales e intentar ayudar a su ser querido.
En más de 80% de los casos de los adolescentes que ingresan al pabellón en crisis por intento de suicidio tiene que ver con algún problema familiar. Pero en ocho de cada 10 de esos ingresos, los familiares no sabían el problema de su hijo o hermano adolescente.
¿Sabia que cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la prevención de Suicidio?