Los abrazos, besos, caricias y los consejos son señales de afecto que los padres deben demostrar para así evitar la carencia afectiva en sus hijos. Darles cariños a los hijos es un acto que contribuye al correcto desarrollo psicosocial.
En la infancia se tiene una gran dependencia de los padres o adultos a cargo, no solo desde el punto de vista económico o educativo, sino también en los aspectos emocionales y psicológicos.
No hay nada más gratificante, alentador y positivo que unos padres que demuestren su afecto, amor y comprensión a diario. Sin embargo, este no es el cien por ciento de los casos. Hay niños que están faltos de afecto y cuando esto sucede, aparecen consecuencias que influyen en su comportamiento.
Señales de carencia afectiva en niños
La carencia afectiva en los niños, produce que los menores se sientan solos y abandonados, además de esto, debilita la comunicación entre padres e hijos lo que puede repercutir en su autoestima.
Para saber si un niño necesita que le demuestren más afecto, presta atención a estas señales:
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Desobediencia
De la carencia afectiva en los niños, nace la necesidad de ser el centro de atención. Para ello tienden a desobedecer las órdenes de sus padres y a presentar un comportamiento inadecuado como los berrinches y llantos en sitios públicos.
Las señales típicas de desobediencia en infantes son:
- Ira
- Agresividad
- Impulsividad
- Cambios bruscos de humor
- Llantos
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Agresividad
Cuando los niños son agresivos, lo más recomendable es escucharlos y seguir los consejos de algún especialista en la materia. Es importante también dar cabida a sus ideas y opiniones, así se sentirán tomados en cuenta y tendrán la confianza suficiente para contar sus preocupaciones.
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Inseguridad
Ante el vacío emocional y la carencia de afecto en los niños, ellos se sienten desprotegidos. Esto puede provocar que tengan temores al momento de interactuar con otras personas.
Están a la defensiva y alerta de lo que sucede a su alrededor, debido a no sentirse lo suficientemente seguros y temer por su integridad física. Por lo tanto, la desconfianza es una señal clara de que algo no está marchando bien con el niño.
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Miedo
El miedo al abandono es adquirido por los niños cuando no reciben el afecto que requieren de sus padres, esto puede generar una sensación de vacío y desconfianza que estará presente en las relaciones del niño a medida vaya creciendo.
Es necesario llevar al niño con un especialista, un psicólogo familiar o un terapeuta que le ayude a superar su temor y a fortalecer la relación entre padres e hijos.
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Bajo rendimiento académico
La falta de atención y afecto en los niños puede derivar en trastornos de aprendizaje y falta de motivación en el momento de realizar sus tareas. Según datos de una investigación realizada en la Universidad de Babahoyo, algunos niños que presentan carencia afectiva tienen problemas de lenguaje y bajo rendimiento académico.
Suelen tener pocas habilidades sociales, mitigan sus emociones y, por lo general, evaden cualquier tipo de muestra de afecto de los demás.
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Apego a dispositivos electrónicos
Esta tendencia de dejar que los niños se distraigan con dispositivos electrónicos o viendo televisión, crea un método de crianza impersonal. Además, encierra a los niños en una “burbuja tecnológica” que deja a un lado la interacción humana y con el paso del tiempo también les provoca una dependencia a estos aparatos.
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