La cabeza está atestada de pensamientos, parece que falta el aire y se sufre un agotamiento excesivo. Así se vive el estrés. Y este tipo de malestar se empieza a notar con mayor intensidad durante esta época del año. Pensar dónde y con quién festejar las Fiestas, los balances internos y el apuro por concluir una etapa “de la mejor manera posible” hacen que aumenten las consultas de gente que padece trastornos de ansiedad durante el mes de diciembre. Así lo aseguran desde el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA).
¿Cómo combatirlo?
1) No preocuparse por aquello que no se puede controlar.
2) Hacer algo con relación a lo que sí la persona puede manejar.
3) Prepararse lo mejor posible para posibles situaciones a enfrentar, que son agentes de estrés, como exámenes, entrevistas laborales, eventos sociales y otras.
4) Pedir ayuda en vez de creer que uno puede hacerlo todo solo.
5) Aprender a delegar y no creer que “yo lo hago mejor que los demás”.
6) Fijarse metas cortas y realistas.
7) Llevar un registro escrito de las tareas que se van a realizar para que no ocupen lugar en nuestra mente.
8) Jerarquizar las actividades según el grado de importancia.
9) Lograr comunicarse asertivamente para evitar "malos entendidos" y poder expresar correctamente lo que queremos decir.
10) Intentar dejar de lado las multitareas, abocarse a un tema por vez, para destinarle a cada cosa el tiempo y la atención que se merece.
11) Hacer actividad física.
12) Seguir una dieta balanceada de acuerdo a las necesidades calóricas de cada uno.
13) Corregir pensamientos catastróficos.
14) Procurarse pequeñas satisfacciones cotidianas: descanso, pasatiempos, actividades sociales y recreativas.
15) Rescatar los aspectos positivos de las situaciones y no sólo centrarse en los negativos.
16) Asegurarse de dormir lo suficiente. Los buenos hábitos de sueño son una de las mejores maneras de manejar el estrés.
17) Adoptar un estilo de vida que respete nuestras necesidades biológicas, psicológicas y sociales.
18) Evitar la queja dado que la misma no nos permite definir el problema ni encontrar una solución o cambio a lo que nos preocupa.
19) Escuchar al cuerpo cuando nos pida que disminuyamos la velocidad o que tomemos un descanso.
20) Realizar meditación, yoga o ejercicios de respiración o relajación.
Fuente: clarin.com