Algunos aseguran que, como bien dice el dicho, “lo bueno si breve, dos veces breve”. Esta máxima tiene mucho de cierto si se aplica al mundo tuitero. Sin duda, en la red social del pajarito quien sepa resumir conceptos de manera atractiva y en apenas 144 caracteres tiene el camino bastante allanado. Pero ¿sucede lo mismo en materia sexual? Aquí, las aguas se dividen. Por un lado están quienes le rinden culto a los encuentros maratónicos, y, por el otro, los que aseguran que no hace falta llegar a tanto. El debate, que no es nuevo, despertó el interés de la ciencia, que se encargó de estudiar el tema y  concluyó que el buen sexo no debería durar más de 13 minutos.

Para llegar a esta afirmación, los investigadores Eric Corty y Jenay Guardiani, de la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, encuestaron a 50 integrantes de la Sociedad para la Terapia y la Investigación Sexual, una agrupación que reúne a psicólogos, médicos, trabajadores sociales, consejeros matrimoniales y enfermeras. El 68% de los terapeutas sexuales entrevistados definieron los tiempos de penetración del siguiente modo: adecuado (de 3 a 7 minutos), deseable (de 7 a 13 minutos), demasiado corto (de 1 a 2 minutos) y muy  largo (de 10 a 30 minutos).

Según los especialistas, este dato sirve, en primera medida, para proporcionarles datos más realistas a la gente y evitar así “que experimenten decepciones y disfunciones sexuales”, según destacó el autor principal del informe, el psicólogo Eric Corty. Las altas expectativas, dijeron, suelen jugar en contra a la hora del placer. “Si un paciente está preocupado acerca de cuánto tiempo debe durar la relación, estos datos pueden ayudarle a eliminar su preocupación acerca de que pueda sufrir un trastorno físico y permitir que sea tratado inicialmente mediante el asesoramiento psicológico, en vez de con la medicina”, señalaron los expertos.

Consultada por Buena Vida, la psicóloga y sexóloga Virginia Martínez Verdier coincidió en que las expectativas producen  ansiedad y que esto repercute de forma negativa a la hora de encontrarse con el otro. De todos modos,  remarcó que es un error considerar la relación sexual como el momento de penetración exclusivamente. “Cuando hablamos de tiempos, es necesario considerar desde el inicio de la intención erótica, ya que es cuando se pone en marcha la respuesta sexual  con el deseo y la excitación indispensables para llegar al coito con las condiciones fisiológicas y emocionales necesarias”, subrayó la especialista.

Ni mucho ni poco

“Un coito prolongado siempre en una misma posición puede producir anestesia en la zona genital e imposibilitar el orgasmo. Para mantener la excitación, es conveniente ir variando las posiciones y/o las conductas sexuales que estimulan los genitales. A su vez, si es un coito demasiado breve, generalmente debido a eyaculación precoz, genera insatisfacción en ambos, aunque el hombre haya tenido su orgasmo”, remarcó Verdier. Aunque, advirtió la sexóloga, a veces el famoso “rapidito suele ser divertido cuando es la única opción en determinado momento, pero no cuando es la norma”.

Fuente: clarin.com/buena-vida