Para deleite de los amantes del café, beber tres o cuatro tazas al día disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Ahora, unos científicos han identificado dos compuestos que contribuyen a este beneficio para la salud. Este hallazgo podría algún día ayudarles a desarrollar nuevos medicamentos para prevenir y tratar mejor la enfermedad.
Los pacientes con diabetes tipo 2 se convierten en resistentes a la insulina, una hormona que ayuda a convertir la glucosa de los alimentos en energía. Para superar esta resistencia, el páncreas produce más insulina, pero al final, deja de poder fabricar la suficiente. Los niveles altos de glucosa en sangre pueden causar problemas de salud, como ceguera y daños en los nervios.
A varios factores de riesgo genéticos y de estilo de vida se les ha relacionado con el desarrollo de la diabetes tipo 2, pero se ha demostrado que beber café ayuda a retrasar su aparición. Se creía que la cafeína era la responsable, pero los estudios han mostrado que esta tiene solo un efecto a corto plazo sobre la glucosa y la insulina, y que el café descafeinado posee el mismo efecto que la versión normal de la bebida.
Para investigar qué componentes bioactivos del café son los responsables de la prevención de la diabetes, el equipo de Søren Gregersen, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, probó los efectos de diferentes sustancias del café en líneas celulares de rata.
Tanto el cafestol como el ácido cafeico incrementaron la secreción de insulina cuando se añadía glucosa. El equipo también encontró que el cafestol aumentó la captación de glucosa en células musculares, alcanzando los niveles logrados por un fármaco antidiabético que se receta actualmente.