En marzo da inicio el delicado proceso en el que la uva se transforma en una bebida alcohólica -la más antigua del mundo-, cargada de beneficios para la salud. Consumido con moderación, el vino cuida la salud del corazón y previene el envejecimiento prematuro. Quienes prefieren no beberlo, también pueden tomarlo en cápsulas.
¿Tinto o blanco?
La mayor concentración de compuestos polifenólicos está en el vino tinto. Un vaso (150 ml) equivale a 12 vasos de vino blanco en contenido de polifenoles, o a 2 tazas de té, 4 manzanas, 5 porciones de cebolla, 3 ½ vasos de cerveza o a 7 vasos de jugo de naranja.
¿Cuántas copas?
Según la A.H.A. 2000 (American Heart Association), un consumo moderado de vino tinto ejerce efectos benéficos para la salud. La dosis ideal de consumo diario es de 2 vasos para los hombres y 1 vaso para las mujeres, junto con las comidas principales.
En cápsulas
Quienes no toman vino, pero igual quieren obtener sus beneficios, pueden recurrir a las cápsulas Vitawine, elaboradas con el extracto de antioxidantes del vino y compuestos naturales. Ayudan a controlar el efecto de los radicales libres, previniendo arrugas y el envejecimiento prematuro del organismo, reparando el colágeno de los tejidos; promueven la eliminación de grasas, aumentan las defensas, reducen la presión arterial y controlan enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios.
Dosis recomendada: 2 cápsulas al día.
Corazón feliz
La nutricionista de la Clínica UC San Carlos de Apoquindo Paola Oliveros, en Chile, explica que las bebidas alcohólicas en general no deben considerarse como fuentes nutricionales. Sin embargo, en el caso del vino muchos estudios científicos lo consideran un alimento fundamental en la dieta. Se ha demostrardo una disminución de un 30 a un 40% de enfermedades cardiovasculares en quienes lo consumen moderadamente. Esto se debe a la acción de los polifenoles y flavonoides presentes en el vino. Son antioxidantes tan poderosos que superan a la vitamina E, aumentarnel colesterol HDL (colesterol ‘bueno’) e inhiben la oxidación de las partículas de colesterol LDL (colesterol ‘malo’).
Orgánicos y biodinámicos
La naturópata Sonia Arciniegas (www.pachamamaomm.cl) explica que los vinos orgánicos y biodinámicos son elaborados con uvas que no tienen contacto con fertilizantes químicos, pesticidas ni plaguicidas de origen artificial. Gracias a esto, la fruta conserva de mejor manera sus poderes antioxidantes. Sin embargo, al igual que en el vino tradicional, para su conservación se utiliza sulfito, gas artificial que inhibe el desarrollo de levaduras y bacterias indeseables. Este preservante a veces puede producir respuestas alergénicas en el organismo, como enrojecimiento cutáneo o sudoración excesiva, entre otros.
Vinos naturales
En Europa existe desde hace 20 años un movimiento que elabora vinos a partir de uvas orgánicas o de cosechas biodinámicas y con una mínima intervención en la vinificación, es decir, se usan solo levaduras nativas para la fermentación, sin químicos que ayuden en la conservación. Se los conoce como ‘naturales’ y es solo jugo de uva fermentado, tal como fabricaron sus vinos los egipcios, romanos, griegos y otras culturas durante más de 5.000 años. La naturópata Sonia Arciniegas explica que este tipo de vino posee un mayor poder funcional como fuente de antioxidantes y sin efectos secundarios, como alergias, en el organismo.
Fuente: Angelica Lamarca, para revistamujer.cl