En muchas ocasiones se detecta humedad en casa sin prestar la debida importancia a este hecho. Manchas parduscas o verdosas en zonas cercanas a marcos de ventanas y esquinas, manchas de humedad que surgen sin explicación aparente, o condensaciones permanentes son síntomas claros y evidentes de un problema que pueden provocar problemas de salud graves en los ocupantes de estos edificios.
Enfermedades por humedad en casa
Deberías tener en cuenta que unos niveles superiores al 65% de humedad relativa de forma permanente pueden ser perjudiciales para las personas que permanezcan en estos espacios. El problema no radica en la humedad en sí misma, que no deja de ser una presencia de agua, sino en los microorganismos que pueden surgir en las superficies húmedas que se generan.
Estos problemas se agravan además en grandes instalaciones de acondicionamiento de aire en donde se pueden generar problemas muy graves conocidos bajo el nombre de síndrome del edificio enfermo, que tiene a la humedad y a la deficiente ventilación como uno de sus orígenes.
Microorganismos asociados a la humedad
Los seres vivos que proliferan fundamentalmente en las zonas con gran presencia de humedad son ácaros y mohos.
- Ácaros: son diminutos animales microscópicos, de apenas 0,3 milímetros, pertenecientes al género de los artrópodos y que habitan en zonas templadas y con humedad relativa alta. Se desarrollan preferentemente con niveles entre 70 y 80% de humedad relativa. Los ácaros muertos y sus excrementos provocan en muchas ocasiones alergias de tipo respiratorio.
- Mohos: término con el que se denomina a una gran cantidad de especies del reino fungi, que crecen en forma de filamentos y se reproducen por esporas. Se desarrollan preferentemente en zonas oscuras y húmedas. Provocan alergias respiratorias y procesos asmáticos.
Estas relaciones entre la presencia de humedad y la aparición de enfermedades está documentada por muchos organismos y entidades de prestigio internacional.
El NIOSH, National Institute of Occupational Safety and Health, cuenta entre sus publicaciones con profuso material con recomendaciones de diseño donde se describe la aparición de distintas enfermedades.
El Instituto de Medicina de los EE.UU. a través de distintos estudios sobre la aparición de enfermedades y la presencia de moho y bacterias en espacios interiores húmedos, concluye que hay un considerables aumentos en el porcentaje de efectos en la salud de las personas respecto a las que viven en casas sin estas humedades. En concreto un 50% más de enfermedades asmáticas, un 50% más de aparición de tos, y un 52% de otros síntomas del tracto respiratorio superior.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, en su publicación “Guía sobre la calidad del aire interior: humedad y moho” establece que hay una relación directa entre la presencia de humedades en los edificios y el riesgo de aparición de infecciones respiratorias, asma, bronquitis y rinitis alérgica.
En cuanto a las posibles soluciones, tanto de diseño como correctivas, podemos tomar como modelo de reconocido prestigio las guías y documentos técnicos de la ASHRAE, American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers, que dedica varias publicaciones a la mejora de las condiciones de humedad y a la limitación de moho en el interior de los edificios.
Según la ASHRAE es totalmente necesario que diseñadores, instaladores, constructores, propietarios y ocupantes de los edificios limiten la acumulación de humedad a largo plazo en el interior. Mantener los edificios en seco reduce el riesgo de problemas con respecto a su valor, su durabilidad, su sostenibilidad, su calidad del aire interior, el confort de los ocupantes y la eficiencia energética. En este sentido hay que tener en cuenta que el vinilo y el yeso son materiales propensos a la acumulación de moho. Por este motivo la propia ASHRAE recomienda que no se utilicen en exceso e indica que la ausencia de estos elementos sería beneficiosa tanto para el edificio como la para la salud de sus ocupantes.
En cuanto a las soluciones a posteriori, la ASHRAE da mucha importancia a los ocupantes del edificio, ya que es su responsabilidad intentar, en la medida de lo posible, que tanto el mobiliario como los sistemas de humedad estén lo más secos posibles. Por ejemplo, habría que evitar que el agua permanezca estancada en las bandejas de drenaje con la ayuda de filtros o aislantes de humedad.
Si después de todas las medidas no hemos encontrado una solución siempre podremos decantarnos por la utilización de un aparato deshumidificador.