Los dientes de leche tienen varias funciones: la masticatoria, la estética, además de la de servir de guía para la erupción de la dentadura definitiva. La conservación de los dientes de leche es la base para asegurarles unos dientes en el adulto sano.
Pero los hábitos alimenticios de la población mundial han cambiado considerablemente en los últimos años y, en el caso de los niños, en muchos casos esto provoca la ingesta de mayores cantidades de azúcar que hace unos años, el consumo de refrescos edulcorados y la sustitución de alimentos fibrosos por otros más “blandos” que exigen menos esfuerzos para su masticación.
Consecuencia de esto es la frecuente presencia de caries dental en dientes temporales o “de leche”. Y, ante la pregunta: “¿hay que ‘rellenar’ los dientes de leche?”, la respuesta es que siempre es necesario tratar un diente con caries, para evitar su progresión, que suele conducir a diversos problemas:
En este sentido, es importante señalar que el tratamiento más frecuente es una obturación o “relleno”, que podrá realizarse con resinas o amalgamas, siguiendo el criterio del profesional especializado que atienda al paciente, pudiendo también plantearse la extracción de la pieza si su raíz ha comenzado a reabsorberse ya, un indicador de que la pieza está próxima a caerse, y el diente permanente que lo sustituirá va a erupcionar pronto.
Sin embargo, hay que recalcar que es no es aconsejable extraer una pieza temporal con caries si queda mucho tiempo para la erupción de su sustituto permanente, puesto que los dientes contiguos tenderán a cerrar el espacio que este ocupaba, impidiendo la normal erupción de la dentición de adulto, y originando múltiples problemas oclusales. En los casos en que no haya más remedio que extraer la pieza, por no poder restaurarla con un empaste u obturación, el profesional recomendará la colocación de un pequeño mantenedor de espacio para, así, asegurar una correcta erupción de los permanentes.
PROBLEMAS EN DIENTES DE LECHE
DOLOR, derivado de la afectación del nervio del diente, que puede desembocar en tratamientos largos y complejos.
PÉRDIDA DE LONGITUD DE LA ARCADA, por la reducción del tamaño del diente, que supondrá el apiñamiento dentario y una mala posición de dientes permanentes. La muela con caries implica una pérdida de espacio para el premolar permanente que la reemplazará.
PROBLEMAS MASTICATORIOS, haciendo que el paciente mastique tan solo por un lado, pudiendo sobrecargar determinados dientes, y limitando su ingesta de alimentos y nutrientes básicos para su desarrollo general.
FUENTE: Dr. Pedro Carballo, Ortodoncia en niños, adolescentes y adultos.
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