Tener pareja para muchos, supone asumir que la receptividad siempre estará presente y que el deseo nunca se apagará, sin embargo, cuando llega a ocurrir puede afectar la mente y la autoestima de la persona que fue rechazada.
Muchas veces las preocupaciones de la vida cotidiana, la rutina u otros factores reducen el deseo sexual, pero esto no significa en todos los casos que el amor se haya acabado.
Rechazo sexual
En primer lugar, existen aún muchos estereotipos y falsas creencias en la mentalidad popular. Hay quienes piensan que los hombres siempre tienen ganas de mantener relaciones sexuales y por lo tanto no rechazarían una propuesta, sin embargo, son muchas las mujeres que también obtienen una negativa en algún momento por parte de sus parejas.
Otra de las creencias es que a los hombres no les afecta ser rechazados, asumiendo que el hombre busca mantener relaciones sexuales únicamente por el placer físico y no por razones emocionales.
¿Cómo nos afecta?
No es lo mismo ser rechazado por una pareja que hace unos años, que con una persona que se busca meramente una relación casual, el rechazo sexual se vive a otra magnitud en el primer caso.
Tanto en hombres como mujeres el rechazo se interpreta como una falta de deseo personal por parte de la pareja, este pensamiento surge en ambos géneros y el que la persona amada no le apetezca disfrutar de un momento de intimidad puede generar sorpresa, decepción, así como el temor de ya no ser objeto de deseo del otro.
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Afecta la autoestima
Igualmente, no es lo mismo ser rechazados en una ocasión, a que ocurran varias veces. El caso de que nuestra pareja no tenga ganas de mantener un encuentro sexual puede ser comprensible, pero si esto es una constante puede generar miedo. Tanto hombres como mujeres experimentan un golpe en su autoestima que puede poner en duda los sentimientos de la otra persona en la relación.
Cambios emocionales
El rechazo sexual se traduce en muchas ocasiones en una alteración emocional. El rechazo genera un vacío persistente en la persona y puede afectar su motivación, su seguridad y su bienestar.
Es común experimentar cambios de humor, irritación, altibajos emocionales y menos paciencia con las cosas, todo esto afecta a la relación, sobre todo si el rechazo persiste.
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Toronto por parte del doctor James King, demuestra que la falta de actividad sexual en una relación es uno de los principales detonantes de las rupturas.
Dolor físico y emocional
La experiencia de recibir una negativa por parte del ser amado, sentir cómo nos rechazan o nos dejan a un lado activa las mismas regiones cerebrales que cuando recibimos un impacto físico.
Esto explica por qué tras esas situaciones se puede sentir cansancio, desánimo e incluso molestias en diversas partes del cuerpo.
Las emociones intensas están presentes luego del rechazo sexual. Por lo tanto, si estás viviendo una situación como esta, es importante identificar que ocurre, la falta de intimidad en la relación puede ser explicada por múltiples razones, cuestiones que siempre se pueden resolver con confianza y de manera conjunta, la comunicación es esencial para entender y resolver estos problemas en la relación.
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