¿Has dicho alguna vez que una persona se veía mejor cuando estaba delgada? ¿Piensas que alguien tiene sobrepeso porque no tiene fuerza de voluntad? No pasarías consulta con una nutricionista gorda. ¿Has felicitado a alguien por rebajar? Amiga o amigo, has caído en la gordofobia.

Pero, ¿qué es la gordofobia?

Hablar de este nuevo término es tratar un tema de exclusión y discriminación, ya que la sociedad critica por la manera en la que lucimos. El concepto de gordofobia se refiere a un sesgo consiente o inconsciente, que lleva a discriminar y menospreciar a las personas con sobrepeso.

Los especialistas la definen como un “sentimiento de repulsión hacia quienes sufren exceso de peso y se apartan de los patrones peso establecidos”. La persona gordofóbica cree que quien tiene sobrepeso es así porque no le interesa su cuerpo y por ello no lo quiere cambiar, le falta amor propio o porque no tiene fuerza de voluntad.

Sin embargo, esto no es así, hay personas que se esfuerzan mucho por bajar de peso, pero les resulta difícil controlarlo. Según la Clínica Mayo, "la obesidad es una enfermedad muy compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal. Por lo general, la obesidad es el resultado de una combinación de factores hereditarios con el entorno, la dieta personal y las opciones de ejercicio".

Además, existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal. La obesidad se produce cuando se ingieren más calorías de las que se queman con el ejercicio y las actividades diarias normales. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa. La genética también puede jugar un papel importante en la eficiencia con la que el cuerpo convierte los alimentos en energía, en la forma en que el cuerpo regula el apetito y quema calorías durante el ejercicio.

No todos los cuerpos gordos están enfermos, ni todos los cuerpos delgados son sanos.

Cuando el problema lo tienen las personas gordofóbicas

No es igual de fácil para todos estar en su peso ideal, ni todo el mundo quiere ajustarse a los cánones estéticos vigentes. El culto a la delgadez y el desprecio a las personas con sobrepeso lo vemos reflejado cada día en la televisión, el cine, la publicidad o internet.

Estas burlas y juicos trascienden las redes sociales y muchas veces se da desde el lenguaje que usamos en distintas situaciones, afectando tanto a nivel personal como a cada área de la vida, incluso en lo laboral.

Sociólogos de la Universidad de la Sorbona (París) llevó a cabo un estudio que dio como resultado que, en Francia, un hombre gordo tiene tres veces menos de probabilidades de encontrar empleo que otro con su mismo currículum que no tenga sobrepeso.

Las personas gordofóbicas que odian y rechazan a los que sufren obesidad, en el fondo suelen tener ellos mismos miedo a engordar. Ese miedo a no engordar esconde una enorme inseguridad en uno mismo porque nos habla del miedo a no gustar, a no cumplir con el canon de belleza y a sufrir el rechazo de los demás: entonces son los demás y no tú los que deciden cuánto vales.

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Cuando es la persona gorda la que sufre gordofobia

Una de las posibilidades más complejas es cuando el rechazo se produce hacia uno mismo por su peso. Son muchas las personas con sobrepeso con gordofobia que renuncian a ciertas actividades, como ir a la playa o hace deporte, ir a un spa…y no solo por el hecho de no exponer su cuerpo a los demás, sino por no verse ellas mismas, porque no soportan su propio cuerpo.

Para comenzar a combatir esto evita a hablar del físico de los demás, no sabes las luchas diarias de cada uno, enfócate en tus procesos.

El derecho a disfrutar de la vida es independiente de la apariencia de cada quien. El valor de una persona no debe definirlo su peso.

Recuerda que tener una alimentación balanceada y practicar actividad física van dirigidas hacia un buen funcionamiento de tu organismo y el estar saludable. Cuando decides adoptar hábitos debe ser porque quieres ser la mejor versión de ti, no para encajar en lo que los demás quieren.