Cualquier proceso de duelo es difícil y doloroso, pero si a esto le sumamos las circunstancias que implica para muchas familias perder a un familiar producto del Covid-19 inmediatamente se le suman dificultades, ya que no pueden tener el proceso de cierre que culturalmente reconocemos.
Si el duelo no se transita y resuelve podemos llegar a un duelo sin resolver, que implica que el duelo sigue presente en nuestras vidas aún después de un año, o un duelo crónico que puede durar años sin ser resuelto, lo que lleva a quien lo padece a revivir una y otra vez los eventos relacionados con la muerte de la persona que perdió.
Cuanto un duelo transcurre con normalidad, la persona que lo transita pasa por diferentes etapas:
- Negación: lo cual surge como un mecanismo de defensa ante el dolor que se experimenta. Aquí es cuando muchos describen sentir que están en un sueño y que nada es real, que la persona que falleció regresara a casa en cualquier momento, etc.
- Ira: en esta etapa precisamente predomina la ira y la búsqueda a culpables, precisamente aquí es cuando quien vive el duelo aun llega a sentirse culpable de lo ocurrido.
- Negociación: empezamos a negociar entre lo que nos gustaría que fuera y lo que realmente es, llegando a acuerdos que nos permiten determinar como funcionará nuestra vida de aquí en adelante.
- Depresión: en esta etapa es característica mucha tristeza y crisis existencial, al estar consciente que la persona ya no está físicamente en su vida, estos síntomas deben irse resolviendo al llegar a la siguiente etapa.
- Aceptación: donde hacemos las paces con lo sucedido, aceptamos la tristeza que nos genera, pero también empezamos a experimentar alegría y desapego.
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Sin embargo, el duelo ocurrido dentro del contexto de la pandemia presenta características particulares que hacen que el proceso de duelo se muy diferente, ya que por las medidas destinadas a evitar el contagio muchos han tenido que estar lejos de sus familiares desde que enfermaron, no pudieron acompañarlos durante el proceso, ni poder realizar las ceremonias correspondientes, lo que genera dificulta para cerrar este círculo. A esto debemos sumarle que a este duele se agregan una serie de estresores y fuentes de ansiedad producto de la situación en la que se encuentran muchas personas.
Hay varias cosas que pueden ayudarle a transitar por el proceso de duelo en este caso, entendiendo que sigue siendo un proceso doloroso, difícil y fluctuante, pero que es importante encontrar la forma de completar para que no se convierte en un duelo sin resolver o crónico.
- Habla sobre lo que siente, esto te ayudará, pero elige a las personas adecuadas dentro de tu red de apoyo, ya que no todos tienen los recursos necesarios para ayudarnos en ese momento.
- No huyas de los pensamientos negativos, que lo único que lograrás será que están más presentes en tu día a día y ocupen más espacio en su cabeza. En vez de huir identifícalos, véalos de frente y confróntalos con la realidad.
- Diferente no necesariamente es mejor, esto lo tenemos que recordar con mucha constancia, ya que cuando estamos en una situación de este tipo solemos imaginarnos que “cualquier otro escenario hubiera llevado a un resultado bueno o perfecto” y no es así, el resultado de otros cuidados, de actuar en otro momento, de hacer tal o cual cosa hubiera sido diferente, pero esto no implica falta de retos o problemas, solo hubieran sido “diferentes”, ni siquiera podemos garantizar que mejores.
- Haz una ceremonia de despedida, recuerda que para despedirnos de alguien no necesitamos estar en un lugar partículas ni rodeados de gente, a pesar de estar acostumbrados a hacerlo así, pero una ceremonia de despedida personal o junto a miembros de tu núcleo familiar puede tener aún más significado y ayudarte a tener un cierre.
- No evites recordar a su ter querido, ya que una de las cosas que es parte y ayuda durante el proceso es ir recordando cada vez más los buenos momentos, las risas, lo que compartimos, ya que esto indica que estamos siendo capaces de tener presente todo el tiempo que compartimos, en vez de reducir a la persona al momento en el que se fue.
Fuente:
Lic. Dina Semsch
Psicóloga
@Dinasemschpsicologa
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