Los niños de madres nacidas en Suramérica, América Central, Vietnam o Filipinas tienen más posibilidades de sufrir autismo que los de madres blancas nacidas en EE.UU., según un nuevo estudio, que identificó también un mayor riesgo entre las madres negras no estadounidenses.
El informe de la revista Pediatrics se centró en la ciudad de Los Ángeles y llega a la conclusión que los niños con madres hispanas o afroamericanas nacidas en EE.UU. también tienen más probabilidades de sufrir autismo que los de madres blancas estadounidenses.
Los casos de autismo han subido en Estados Unidos de forma progresiva por razones que los científicos no han podido determinar.
Según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) alrededor de 147 de cada 100,000 niños, aproximadamente uno de cada 68, han sido diagnosticados con trastornos relacionados con el espectro de autismo a la edad de ocho años.
El estudio divulgado hoy fue realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA).
Los investigadores analizaron certificados de nacimiento de 1,6 millones de niños nacidos en el Condado de Los Angeles entre 1995 y 2005.
Los expertos identificaron a 7,540 niños que habían sido diagnosticados con trastornos de autismo entre los 3 y los 5 años y buscaron información sobre la raza y lugar de nacimiento de las madres.
Según el estudio, el riesgo de autismo es un 76 % mayor entre los niños con madres negras nacidas en el extranjero que entre los hijos de mujeres blancas nacidas en Estados Unidos.
En el caso de madres vietnamitas es un 43 % mayor, y en el de madres de América Central y Suramérica un 26 %. Las tasas entre las madres Filipinas fueron superiores en un 25 %.
Los niños de madres mexicanas tienen un riesgo menor, aunque ese riesgo es un 13 % más alto en el caso de madres de origen hispano o afroamericano nacidas en Estados Unidos.
El estudio señala que muchas de las madres inmigrantes que dieron a luz a sus bebés en Los Angeles pudieron haber tenido una historia traumática, ser víctimas de violencia o haber sufrido deficiencias alimentarias, lo que afectaría la capacidad de sus cuerpos para afrontar el estrés durante el embarazo.
Otro estudio publicado por la revista Environmental Health Perspectives concluye que las mujeres embarazadas expuestas a varios pesticidas de uso común en la agricultura corren un riesgo mayor de tener hijos con problemas de desarrollo y salud mental. EFE