
Por Javier Maldonado
Los vellos corporales, especialmente los nasales, tienen una función de defensa natural contra los gérmenes y virus, por eso surge la interrogante si es correcto o no cortarlos o quitarlos como se acostumbra.
Esther Gómez, enfermera y divulgadora científica y sanitaria, explica en su pódcast Animales Humanos que al retirar los pelos de la nariz alteramos los mecanismos de protección y que eso puede generar que nuestro cuerpo se defienda provocando por ejemplo moco abundante ante el retiro de los vellos nasales.
Al retirar estos pelos, ya sea de forma intencionada o accidental, el cuerpo pierde una barrera natural que lo protege de partículas, polvo y microorganismos que podrían generar infecciones. Ante esta ausencia de protección, el cuerpo intenta reaccionar de manera inmediata, produciendo más moco para intentar atrapar y eliminar cualquier agente extraño antes de que llegue más profundo en las vías respiratorias.
“El cuerpo activa el segundo mecanismo, que es el moqueo, que tú dices: No, no, es que he empezado a moquear, me estoy poniendo malo. No, es que tu cuerpo detecta que hay frío, detecta que los pelitos no funcionan y empieza a generar moco para que todo eso baje y que no puedan subir los bichos”, explica la experta sanitaria en declaraciones al diario La Vanguardia.
"Los pelos de la nariz están ahí por algo, y en este caso es para protegernos", reitera Gómez. "“Si te quitas los pelos de la nariz, el cuerpo percibe la falta de protección, lo que facilita la entrada de gérmenes y puede aumentar el moqueo".
Su principal función es filtrar el polvo, polen y otros agentes contaminantes que están en el aire y que pueden colarse en las vías respiratorias causando problemas de salud. Gracias a esta función, muchas impurezas quedan atrapadas antes de llegar a los órganos.
Lo recomendable es recortarlos, pero evitar provocar heridas o lesiones en la fosas nasales.
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