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“Para mí, la cicatriz de la mastectomía es una señal de vida y lucha”.

jueves 2, octubre 2014 - 5:12 pm

  • Leiden Cáceres
  • 41 años
  • Mastectomia completa en uno de los senos.
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“Para mí, la cicatriz de la mastectomía es una señal de vida y de lucha”.
Leiden Cáceres.

Difícil percibir que Leiden es otra gran historia de la belleza detrás de la mastectomía. Su notable sonrisa, unas coquetas pestañas y una personalidad tan única hacen muchas veces, vago el recuerdo del cáncer de mama que ha afectado a su familia.

“Mi abuela murió de cáncer de útero, mi mamá de seno, por lo que en el fondo estaba un poco consciente del riesgo”, explica.

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Con dos años de la muerte de su madre y ella con 34 años, sintió una bolita en uno de sus senos, al inició pensó que eran cuestiones de la menstruación, pero al recordar los casos familiares, recurrió a la mastóloga (especialista en estudios de las glándulas mamarias) y luego de una ultrasonografía que no daba mayores detalles, se sometió a una mastectomía que tampoco aclaraba muchas dudas. La tercera prueba, la biopsia le arrojo un caso positivo de cáncer.

“Al toro por los cuernos”, dijo. “Tomé la noticia y fuerzas que solo mi madre me había enseñado. A ella, le habían pronosticado dos años de vida y vivió once. Así que yo tenía que dar la batalla también. Tenía mi hija pequeña, un esposo al pie del cañón y las ganas de vivir”, afirma.

Con la ventaja de contar con un seguro médico privado, a Leiden le dijeron que había que quitar la mama dañada. “Y lo hice. No quería pasar lo que había pasado mi madre, que por querer conservar sus senos tuvo que luchar con cáncer en ganglios, huesos, cerebro…”.

“Que se vaya”, dije. “Al final es un pedazo de carne que no me hace más ni me hace menos, habían muchas cosas más importantes en esta vida que eso”, recuerda que pensó.

La quimioterapia, recuerda que fue una de las cosas más dolorosas. Y ver a su hija de siete años (que anteriormente había visto morir a su abuela), preguntándole si ella moriría también.

“Es una parte dolorosa. Es algo que no se le desea a nadie”, explica.

Luego de la mastectomía, Leiden, al igual que Cecilia tampoco quiso reconstruirse el seno. ¿Por qué?

“Para mí, esa cicatriz es una señal de vida, de lucha”, dice muy segura.

Esa misma seguridad la caracteriza al contarnos que a sus 35 años para prevenir el cáncer uterino, se sometió a una cirugía para remover úteros y ovarios.

“Lo importante es que seguimos luchando y lo que haya que quitarse, se quita”, finaliza.



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