Su hijo pequeño necesita, aproximadamente, mil calorías diarias repartidas en tres comidas y dos refrigerios para cubrir las necesidades para el crecimiento, energía y buena nutrición.
Si alguna vez ha estado con una dieta de mil calorías, sabrá que no es mucho alimento. Pero su hijo estará bien con esto, repartidos entre tres pequeñas comidas y dos refrigerios diarios.
No cuente con que siempre se alimente de esa manera, debido a que los hábitos para comer de los niños pequeños son erráticos e impredecibles de un día para otro. Por ejemplo, su niño puede:
- Comer muy bien al desayuno, pero casi nada más el resto del día.
- Comer los mismos alimentos por tres días seguidos para luego rechazarlos totalmente.
- Consumir 1.000 calorías un día, pero consumir más o menos de forma considerable los días siguientes.
Anime, pero no presione o fuerce a su niño a comer a cierta hora. Aunque sea difícil de creer, la dieta de su niño se equilibrará en unos días si usted le ofrece una variedad de alimentos saludables.
Los niños de un año de edad necesitan nutrirse de los mismos grupos básicos de alimentos que usted necesita. Si usted le ofrece a su niño una selección de cada uno de los grupos de alimentos y deja que él o ella prueben una variedad de sabores, colores y texturas, su niño posiblemente esté consumiendo una dieta equilibrada con suficientes vitaminas.
No limite las grasas en la dieta de un niño de un año de edad. Los bebés y los niños pequeños deben obtener la mitad de sus calorías de las grasas. El colesterol y otras grasas también son muy importantes para su crecimiento y desarrollo a esta edad. Cuando su hijo cumpla los dos años, puede gradualmente disminuir el consumo de grasas (bajándolo a cerca de un tercio de las calorías diarias para cuando cumpla de 4 a 5 años).
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Asegúrese que los alimentos no estén muy calientes para prevenir quemaduras en la boca. Revise la temperatura usted misma ya que el niño no se detendrá antes de comer para medir la temperatura.
No le ofrezca alimentos que tengan muchos condimentos, que tengan demasiada sal o azúcar o mucha mantequilla. Estos aliños previenen que el niño disfrute el sabor natural de los alimentos y pueden ser dañinos para la salud a largo plazo.
Su pequeño se puede atragantar o asfixiar con trozos de alimentos. Los niños no aprenden a masticar y triturar bien los alimentos hasta que cumplen cerca de cuatro años de edad. Cerciórese de que cualquier alimento que le ofrezca al niño esté triturado o cortado en pequeños trozos que sean fáciles de masticar.
Nunca dé a su niño maní o cacahuetes, uvas enteras, tomates cereza (a no ser que estén cortados en cuartos), zanahorias enteras, semillas (por ejemplo, de calabazas procesadas o semillas de girasoles), salchichas para perros calientes enteras o en trozos, carne en palito (chuzos, pinchos), dulces duros (tales como gomitas o gominolas) o trozos de mantequilla de maní (puede darle mantequilla de maní untada finamente en una galleta o tajada de pan).
Asegúrese de que su niño coma solo cuando esté sentado y mientras usted u otro adulto lo vigila. Aunque los niños de un año de edad quieren hacerlo todo a la vez, "comer de carrera" o mientras están tratando de hablar puede aumentar el riesgo de atragantamientos. Enséñele a su niño desde pequeño a terminar de masticar antes de hablar.
FUENTE: Healthychildren.org
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