Aquellos que controlan y se preocupan por cuidar su peso, deben saber que antes de temer a las calorías, estas son elementos importantes dentro del cuerpo que ayudan a que este funcione de manera adecuada.
El exceso de consumo de calorías no es el único factor que intervienen en una persona con sobre peso, cabe aclarar que para que esto se de en una persona, actúan variables como la genética, los malos hábitos alimenticios y la inactividad física.
Una caloría es una unidad de energía que aporta un alimento y que el cuerpo utiliza para respirar, caminar, pensar y hasta dormir. Llegan al sistema digestivo por medio de toda la comida. Esas microscópicas partículas le permiten a cada músculo u órgano cumplir su función. ¿Cómo lo hacen? Ellas contienen lo necesario para “poner en marcha” los diferentes procesos del cuerpo.
En Latinoamérica, se estima que la población consume unas 2 000 calorías diarias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los latinoamericanos obtienen su energía principalmente de proteínas como las nueces o la carne roja (15%), los carbohidratos como la papa, harina, el azúcar y algunos granos como los frijoles (55%) y grasas como el aceite y la mantequilla (30%).
Las calorías provienen del sol. Las plantas las reciben y procesan los diversos nutrientes durante la fotosíntesis, estos luego llegarán a otros seres vivos cuando se comen las plantas. Es una especie de cadena en la que todos se ven favorecidos por las calorías. Pero nuestro organismo no es el único que las utiliza.
¿Por qué les tememos?
El cuerpo humano es una de las “máquinas” mejor diseñadas en la naturaleza, en él nada se desperdicia. Cada vez que usted consume un alimento –sin importar cuál sea- se llena de micro partículas cargadas de energía (calorías). El aparato digestivo se activa inmediatamente para extraerlas y distribuirlas por todo el cuerpo.
La causa fundamental de la obesidad es el desbalance energético entre calorías consumidas y gastadas. Si usted ingiere más calorías de las que gasta, el cerebro envía la señal para que se almacenen dentro de las células del cuerpo.
Tarde o temprano las utilizará como refuerzo en caso de que en algún momento no llegue la suficiente energía para que el cuerpo funcione normalmente. Si usted suele consumir más calorías de las que necesita esas “bodegas” comenzarán a hacerse más y más grandes y es cuando empiezan a aparecer en nuestro abdomen y otros puntos del cuerpo los famosos “rollitos” o “llantas”.
Para conocer cuántas calorías requiere al día usted puede visitar a su médico o nutricionista. Una de las recomendaciones que realizan varias instituciones especializadas como el Departamento de Salud Estadounidense, es programar cinco tiempos de comida al día. Tres más grandes como el desayuno, el almuerzo y la cena; dos más entre comidas que son pequeñas meriendas.
Escoger qué comer no es complicado, la gama de variedades es grande y le permitirá al cuerpo estar quemando calorías a lo largo de todo el día.
Según la Asociación Estadounidense de Médicos, si usted cumple con los cinco tiempos de comida y los combina con actividad física frecuente -al menos 30 minutos diarios, 5 veces a la semana- el resultado es que su cuerpo alcanzará un balance adecuado entre las calorías que necesita, las que recibe y las que quema.
Ningún alimento, por sí solo, es el responsable de engordar a una persona, al contrario, cada porción de comida o bebida le ayuda al cuerpo a tener las bases para seguir funcionando. Si su dieta no está balanceada entonces es mejor que comience a luchar por el equilibrio y a incorporar la actividad física en su rutina diaria.