Si tienes un perrito en casa seguramente te has cuestionado sobre los alimentos que puede comer y qué es mejor para su alimentación. Hoy queremos contarte del pollo. Si bien es cierto que los perros pueden comer pollo, también es cierto que hay una forma CORRECTA de dárselos.
Es posible que a tu perrito le encante comer caldo de pollo contigo, incluso que pida pollo crudo o los huesos, pero... ¿está bien?
El pollo para perros debe ser separado del tuyo, pues los condimentos suelen ser venenosos para su organismo, así que si quieres compartir un poco de pollo con tu amigo, mejor sepáralo.
Está bien recordar que la cebolla, el ajo, la sal, la grasa y algunos vegetales NO son buenos para tu mascotas, pueden causar daños irreparables en sus órganos.
Es común que las personas compartan pollo crudo o trozos de grasa con sus mascotas, pero esto también está mal, puede dañarlos. Muchos veterinarios desaconsejan incluir los huesos de pollo y otras aves en la dieta de los perros. Esto se debe a que se trata de huesos muy finos fácilmente astillables (y más si son huesos cocidos).
Sin embargo, se recomiendan introducir huesos de distintas procedencias, incluyendo huesos de ave. ¿Qué hacer entonces? Pues, para que tu perro pueda beneficiarse del valor nutricional de estos alimentos, evita los huesos blandos (pollo, pavo, conejo) sin carne.
La proporción adecuada debería ser de un 50 % de carne y otro 50 % de hueso.
Entonces, ¿cómo debo darle pollo y huesos a mis perros?
- Puedes alimentar a tu perro con huesos carnosos crudos a partir del primer o segundo mes de vida, en cuanto desarrolle los dientes de leche.
- En lugar de masticar el hueso, tu perro se lo puede tragar entero. Además de atragantamientos, esto puede provocarle otros problemas de salud. No dejes de supervisar a tu can cuando le des un hueso.
- Los huesos son astringentes, es decir, estriñen. No olvides complementar la dieta del can con alimentos ricos en fibra que favorezcan el tránsito intestinal.
- Los huesos contienen mucha grasa, por lo que pueden contribuir al sobrepeso de los perros. Si es necesario, reduce su ingesta.
- Tu perro necesita una dieta variada. Aprovecha las propiedades de los distintos tipos de huesos.
- Los riesgos de ingerir huesos astillados se minimizan si estos van acompañados de carne. Quítale el hueso al perro cuando veas que ya se ha comido toda la carne.
- Algunos perros apenas mastican los huesos. Tragar entero un hueso puede producir asfixia, obstrucción o perforación intestinal. Si ves que tu perro no mastica los huesos, debes dárselos bien triturados.
- Roer huesos crudos es beneficioso para tu perro, al menos en términos generales. Sin embargo, un hueso demasiado duro o con bordes afilados puede causarle heridas en las encías y en la lengua, e incluso romperle los dientes. Pregunta a tu veterinario por otros snacks para perros que pueda masticar sin peligro.
- Puedes darle a tu perro un hueso duro, como una rodilla de res, por ejemplo, a modo de entretenimiento.
- La comida de los humanos está diseñada para satisfacer sus necesidades nutricionales, no la de sus mascotas. Alimentar a tu perro con las sobras puede provocarle carencias. Ten en cuenta que los huesos no son fáciles de digerir. Es por ello que los huesos jamás deben superar el 25 % de los alimentos que ingiera tu perro.
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