Cuando aún no se desarrollaba la medicina que conocemos hoy, las personas se trataban con el poder de las plantas. Raíces, hierbas y flores eran parte de los elementos que permitían sanar a las personas.
Aunque el paso de los años y el desarrollo científico y tecnológico ha avanzado hasta lo que existe actualmente, que con una simple pastilla se pueda eliminar un dolor de cabeza, hay muchas personas que continúan apegadas al poder de la medicina natural, porque es una práctica que se ha traspasado de generación en generación.
El hecho es que la medicina natural tiene, pese a sus detractores, un importante número de usuarios que recurren a ella, al presentar desde un simple resfrío hasta una patología más severa. Lo recomendable, por supuesto, es aplicarla como lo que es, es decir, un complemento, y nunca dejar de lado el diagnóstico que viene del médico tratante.
Como la medicina natural considera que la enfermedad es un conjunto de desajustes en el organismo del paciente, busca no sólo eliminar los síntomas, sino conseguir un equilibrio emocional y orgánico. Eso lo logra realizando un diagnóstico global que valora no sólo los males del cuerpo, sino contando con el estado anímico de la persona.
La medicina natural está conformada por una amplia variedad de terapias que tienen en común la no administración de medios artificiales para el tratamiento o curación. Su objetivo es estimular la capacidad curativa innata del cuerpo y facilitar que sus mecanismos de equilibrio consigan un buen estado de salud.
Como su nombre lo indica, viene de la naturaleza misma, principalmente de la flora. Entre otras, están la homeopatía, la acupuntura, la naturopatía, la fitoterapia, las flores de Bach, la aromaterapia, la iridología y el reiki.
También existe la medicina tradicional china y el ayurveda, que procede de la India. Estas combinan diferentes métodos, pero en general suponen una filosofía de vida saludable integral. Es decir, no consideran el cuerpo separado en partes ni desligado del alma (o de lo emocional).
Son muchos los beneficios de la medicina natural, o alternativa. Entre ellos, resumimos:
- Sus terapias no son agresivas ni invasivas.
- Promueven un estilo de vida saludable, beneficiando siempre al sistema inmunológico.
- Es menos traumática y otorga mejoras progresivas. Si se ocupa a nivel preventivo, es muy efectiva.
- Genera efectos positivos a nivel emocional, al aliviar el estrés, los miedos y la desesperación.
Los tratamientos de la medicina natural ocupan hierbas medicinales, minerales o complejos vitamínicos, la alimentación sana y ciertos métodos de relajación para generar el bienestar en el paciente y mejorar su salud, entendida como un conjunto de factores tanto físicos como mentales.
Para ello, confía en la capacidad del organismo para regenerarse, buscando la causa del problema y estimulando las capacidades de autocuración, mediante el cuidado de la alimentación, la eliminación de toxinas y el fortalecimiento del sistema inmunitario.
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