Como expresa el dicho: “Una sola golondrina no hace verano”, cuando una familia entera opta por cambiar su estilo de vida, es seguro que el apoyo mutuo hará que no se desanimen y arraiguen esos hábitos saludables como parte de su carácter.
Cambiar hábitos no es fácil y requiere de mucha disciplina de nuestra parte, por ello, los expertos aconsejan empezar fijándose metas razonables y fáciles de alcanzar, que no modifiquen en gran manera nuestras costumbres y que a partir de la repetición se vayan convirtiendo en parte de nuestro día a día.
Desayune
No se puede encender un motor sin gasolina, eso mismo es lo que hacemos cuando dejamos nuestros hogares sin desayunar. Nuestro cuerpo pasa sin nutrientes un promedio de entre 12 y 17 horas por la falta de un desayuno completo y saludable. La absorción de nutrientes importantes como vitaminas, minerales y proteínas, es más alta en el desayuno que en el resto de las comidas siguientes.
Algunos beneficios notables son que estabiliza el azúcar en la sangre (si desayunamos lo correcto), reduce los niveles de cortisol, una hormona que daña los hipocampos del cerebro donde nuestra memoria funciona. Además, compartir un momento “mañanero” en familia reanima los ánimos de todos.
Beba abundante agua
Tomar agua es uno de los mejores hábitos que podemos adquirir. Debe entenderse que una cosa es ingerir líquidos, y otra muy distinta ingerir agua. Los jugos o bebidas gaseosas no siempre hidratan nuestro cuerpo. Pueden incluso ocasionar más sed y deshidratación como las bebidas que contienen cafeína, ya que son diuréticos y nos hacen orinar con más frecuencia.
Tome en cuenta beber agua antes de sus comidas, hacerlo con sus comidas solo diluirá sus ácidos gástricos y con eso hará lenta su digestión. No espere a tener sed para beber agua, cuando la siente nuestro cuerpo ya tuvo un tiempo de deshidratación.
Duerma lo suficiente
Mientras dormimos se cumple una elaborada tarea de reparación y restauración, la cual nos ayudará a levantarnos llenos de energía al siguiente día, con una mente y un cuerpo renovados.
Entre otras cosas, al dormir se segregan hormonas, entre el
las la del crecimiento, la cual ayuda a los niños a crecer y a los adultos a controlar la grasa en el cuerpo. Mucho se ha debatido sobre la cantidad de horas que una persona debe dormir. Adultas, adolescentes y niños tienen parámetros distintos de sueño. Hay quienes necesitan dormir más; otros, menos. Lo importante es entregarle a nuestro cuerpo el tiempo que sea necesario para que este se repare.
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Almuerzo hecho en casa
Ahora que estamos invadidos de comida rápida, tenemos más conciencia de los efectos dañinos en nuestra salud. Si esto es así ¿por qué seguimos comiéndola? La respuesta es simple, lo hacemos porque es fácil. Muchas veces es culpa de la pereza las malas decisiones alimenticias que tomamos, solemos decir que no tenemos tiempo. Hay que entender que el tiempo hay que hacerlo, que debemos invertirlo en cuidarnos.
Compre su comida de antemano, cocine en casa platillos que pueda conservar en el refrigerador y que pueda llevar a donde vaya. Disfrutará más su comida, ya que será a su gusto y también ahorrará dinero.
Ejercicio moderado
Las excusas abundan y muchas de ellas son realmente válidas, es por eso que ante la dificultad de ejercitarnos en estos agitados tiempos, por ejemplo, puede estacionar el carro lo más lejos de la entrada. Esto le obligará a caminar una mayor distancia y quemar más calorías, o haga jardinería: en lugar de contratar a alguien arregle usted su jardín, se estirará y ayudará a su cuerpo a estar bien.
Hay que tomar en cuenta que ninguno de estos consejos reemplaza la actividad que nos proporciona el ejercicio cardiovascular habitual. Pero es una buena alternativa para empezar a ser más activos.