Es muy común que las relaciones entre los padres y sus hijos que se encuentran en el periodo de la adolescencia posean ciertos conflictos difíciles de llevar. Es esa época en la que sientes que tu hijo no entiende y el siente que tu no lo entiendes a el. Es probable que cambien constantemente de humor, no saben exactamente lo que quieren o no poseen una disciplina que seguir.
Es probable que sea una guerra que se tiene que llevar día con día, y se llega a un momento de colapso en el que ya no se sabe que hacer. Pero hay una buena noticia en todo esto ¡La adolescencia no dura para siempre! Es solo una etapa en la que tus hijos van creciendo, para poco a poco llegar a madurar.
Existen formas de llevarte mejor con ellos, tener momentos amenos y hacer de esos conflictos algo un poco más leve:
Tiempo de calidad: Pasa más tiempo con tu hijo, demuéstrale que te gusta compartir con el, a pesar que las cosas vayan mal, hazle saber que tu siempre estarás ahí.
Temas de interés: Habla sobre cosas que le interesen a tu hijo. Que note que te importa saber sobre su vida y que te alegras por todo lo que el quiera contarte.
Diferencia entre padre/madre y amigo: Es importante que tu hijo note lo que tu eres en su vida, es cierto que se pueden tener toda la confianza del mundo, pero eso no quita que dejes de ser su padre/madre. Que vea que te tiene que tratar con el mismo respeto que le has venido inculcando, disciplínalo y marca la diferencia de roles.
Conversa sobre tu vida: Cuéntale tus preocupaciones, tus problemas, tus logros y alegrías. Que note que confías en el y que aprenda de cada lección de vida que le cuentes para que lo aplique en su vida.
Pero sobre todo, ten mucha paciencia. No te tomes nada personal ni exageres las cosas cuando no lo vale. Llevar las cosas en paz para ambos es el centro de todo.