Tos por más de 15 días, calentura y sudoración por las noches, esputo con sangre, pérdida de peso y apetito, cansancio y decaimiento son algunos de los síntomas que nos deben mantener atentos porque podemos estar frente a un cuadro de tuberculosis.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa y muy contagiosa provocada por el mircroorganismo Mycobacterium tuberculosis, que suele entrar a nuestro cuerpo a través de las vías respiratorias.
Este padecimiento se transmite fácilmente. Cuando una persona con tuberculosis sin tratamiento ríe, habla, estornuda o tose, expulsas minúsculas gotas de saliva que contienen el bacilo de la enfermedad. Si estas gotitas son inhaladas por una persona sana y se alojan en las vías respiratorias, se produce la infección.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 10,4 millones de personas adquirieron la enfermedad en 2015 y de ellas, 1,8 murieron, convirtiéndose en uno de los males que más vidas cobra a nivel mundial, junto con el sida y la malaria.
En El Salvador, de acuerdo al Ministerio de Salud (Minsal), durante el 2015 se reportaron más de 2452 casos nuevos al año. La población más afectada son los hombres de 16 a 34 años.
¿Cómo saber si tienes tuberculosis?
Cuando tienes algunos de los síntomas, es necesarios que acudas a un centro asistencial para que te puedas realizar una prueba de esputo (flema), mediante el cual sabrás si padeces tuberculosis.
Si la persona infectada no se somete al tratamiento, corre el riesgo de expandir la enfermedad a su familia y su círculo más cercano: trabajo, universidad, comunidad, etc. Una persona sin tratamiento puede llegar a infectar a un promedio de 20 personas.
En el caso de los niños menores de 10 años, es muy difícil que la tuberculosis se descubra a través de una prueba de esputo, por lo que se deberán utilizar otros métodos detectarla. Dichos métodos pueden ser: clínicos, epidemiológicos, radiológicos, bacteriólogos o tuberculínicos.
¿Cómo la puedo prevenir?
Antes de cualquier otra cosas, cabe aclarar que la tuberculosis tiene cura por medio del sometimiento a diferentes tratamientos que no deben ser abandonados hasta que el médico lo indique.
Por sus parte, el Minsal nos brinda una serie de recomendaciones para que quienes ya hayan sido diagnosticados con la enfermedad no contagien al resto:
- Cubrirse la boca al toser o estornudar.
- No escupir en el suelo.
- Tomarse el medicamento puntualmente.
- Vacunar a los recién nacidos con la BCG, para evitar que estos adquieran formas graves de tuberculosis.