El hígado se encarga del metabolismo de los alimentos y la eliminación de toxinas. Sin embargo, este órgano no está exento a sufrir enfermedades que podrían alterar su funcionamiento, como la hepatotoxicidad o también llamada enfermedad hepática tóxica.
A continuación te compartimos cuatro puntos que debes tomar en cuenta para prevenir y mantenerte alerta para que tu hígado no adquiera este padecimiento.
1.¿Cuáles son las causas?
Exceso de medicamentos. Ingerirlos en dosis elevadas o por periodos prolongados, son la causa número uno de la toxicidad en el hígado. Los más comunes son los analgésicos como el acetaminofén, cimetidina, ciprofloxacina, etc.
El sedentarismo. La vida sedentaria impide la actividad circulatoria, generando acidificación de la sangre, lo que implica una sobrecarga de las funciones corporales principalmente del hígado.
La obesidad. El sobrepeso y la obesidad están altamente relacionados con la hepatotoxicidad, por la acumulación de grasas a nivel del hígado.
El alcohol. Produce muchas afecciones hepáticas y desmejoran la calidad de la metabolización del hígado, es decir, el órgano deja de eliminar las toxinas que se encuentran dentro de él.
2. ¿Cuáles son los síntomas?
Abdomen distendido. La distensión se da por la acumulación de líquidos, por retención de albúmina y proteínas en la sangre. Se puede acompañar de sensibilidad o dolor en la esquina superior derecha del abdomen.
Cambios en la piel. Pueden ocurrir episodios donde aparezca ictericia, que es la coloración amarilla de la piel. También puede aparecer irritación y prurito (picor en el cuerpo).
Problemas digestivos. Náuseas, estreñimiento, heces muy oscuras o blancas y pérdida de apetito. Agotamiento y retención de líquidos. Puedes comenzar a sentir fatiga crónica, debilidad muscular, pérdida de la memoria. Además, los líquidos se pueden concentrar en los tobillos y piernas.
Tip
Si atraviesas un problema de toxicidad hepática, no se recomienda el consumo de alcohol ni la ingesta de fructuosa.
3. ¿Qué riesgos representa?
En la mayoría de los casos la función hepática regresa a sus valores normales si se suspende el agente causal; por ejemplo, al detener el consumo excesivo de medicamentos o de alcohol.
Si la hepatotoxicidad no se diagnostica a tiempo, puede causar un daño irreversible como hígado graso e insuficiencia hepática. Por ello, es necesario realizarse una prueba de laboratorio para detectar por medio de la sangre si tu hígado está en buenas condiciones.
4. ¿Cómo prevenirla?
Tener una dieta balanceada. Evita el exceso de grasas, azúcares, productos hechos a base de harinas y racionalizar el consumo de frutas.
Tener un régimen constante de ejercicio. Para el buen funcionamiento del hígado se necesita ejercicio. Durante el entrenamiento se mejora el flujo sanguíneo y se excreta en menos tiempo, lo que ayuda al cuerpo a desintoxicarse.
No te automediques. Bajo ningún motivo tomes cualquier medicamento sin tener la certeza de lo que padeces, puede ser más dañino para tu salud.
Fuente:
Dra Eugenia Tobar Medicina interna y clínicas metabólicas
Tel: 7742-9034