Los casos de infartos cerebrales, que cada vez afectan a gente más joven, y sus consecuencias como muerte temprana o discapacidad podrían duplicarse en el mundo para el año 2030, según un gran estudio global que publica hoy "The Lancet".
Esta investigación, que recoge datos de todas las regiones del mundo entre 1990 y 2010, indica que los casos de ictus -que se dan cuando falla el riesgo sanguíneo al cerebro- en personas de entre 20 y 64 años han aumentado un 25 % en los últimos dos decenios.
A este ritmo, las muertes prematuras, discapacidades y enfermedades asociadas con ellas podrían doblarse a nivel mundial para 2030, según señalan los autores del estudio "La carga regional y global de las apoplejías", encabezado por Valery Feigin, directora del Instituto nacional de apoplejía y neurociencias aplicadas de la Universidad AUT de Nueva Zelanda.
Los expertos constatan que unos 83,000 jóvenes de menos de 20 años se ven afectados cada año por ictus y un 0,5 % del total se producen en este grupo de edad.
Según los expertos, la mayoría de las personas afectadas tienen menos de 75 años y son principalmente de países con ingresos bajos y medios.
El equipo de Feigin advierte de que el cambio de tendencia hacia poblaciones más jóvenes continuará si no se introducen urgentemente políticas de prevención, destinadas a reducir el consumo de alcohol y tabaco y promover estilos de vida más saludables.
Otros datos destacados en el estudio son que, aunque la proporción de personas que sufre embolias por volumen de población se ha reducido en los últimos veinte años, las muertes por dolencias asociadas han aumentado un 26 %, hasta 5,9 millones.
Esto se debe parcialmente, apuntan los expertos, al aumento de factores de riesgo como el tabaco, la hipertensión, la obesidad, inactividad física y una mala dieta alimenticia. EFE