La música favorece el desarrollo integral de los niños y logra impactar de manera positiva en las diferentes áreas de desarrollo, como el social y el aprendizaje.
Las clases de baile son una opción que muchos padres consideran para el desarrollo y diversión de las niñas, mientras que otros inscriben a sus hijos para que aprendan a tocar un instrumento, los beneficios son enormes, desde disciplinarse y ser responsables, hasta explotar el talento que tienen.
Te compartimos una lista de seis beneficios que adquieren los niños cuando están en contacto con la música, ya sea bailando o tocando un instrumento.
Los hace más sociables. A todos los niños les gusta bailar y cantar juntos, la música es una opción ideal para formar parte de un grupo porque fomenta las relaciones con otros niños. De igual forma estimulan la inteligencia emocional desde temprana edad, un pilar importante en la vida de cualquier persona.
Mejora su memoria. Cuando retienen la letra de canciones y los pasos de baile, entrenan su capacidad de memorizar. Es más fácil que estos niños puedan concentrarse, porque están sometidos a un estudio constante que les permite recordar cosas con mayor destreza.
Estimula su inteligencia. Le brinda la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos. Hay estudios que confirman que los niños que se aficionan a la música desde pequeñitos tienen más facilidad para aprender los números y los primeros conceptos matemáticos.
Desarrolla su creatividad. La música estimula el área derecha del cerebro, por lo que mejora la capacidad para realizar cualquier otra actividad artística, como la pintura. La infancia es la etapa indicada para descubrir los talentos de los niños y buscar opciones para desarrollarlos.
Le ayuda a establecer rutinas. Incluir la música en la rutina de los pequeños causa un impacto realmente positivo, porque asocia las actividades que debe realizar con la música, si a tu hijo le cuesta realizar tareas, tomar un baño o irse a la cama, prueba incluir una canción y verás como se facilita.
Si cuando dibuja le ponemos una música, cuando se va a acostar, otra, y cuando le apetece bailar, otra, establecerá asociaciones entre la música y sus actividades, algo que le ayudará a establecer rutinas, sentando así las bases de una futura disciplina.
Contribuye a mejorar su lenguaje. Las letras de las canciones le permiten conocer más palabras, además de favorecer su capacidad auditiva, enriquecen su vocabulario. Se estima que los niños que aprenden a tocar un instrumento tienen mayor confianza que quienes no lo hacen.