Científicos de la Universidad de Stanford demostraron que la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", tiene más repercusiones en nuestras interacciones sociales de lo que se creía.
Investigadores han concluido que la hormona del amor juega un papel relevante en la formación y mantenimiento de los lazos que se crean entre una madre y un hijo, así como en los apegos sexuales. Lo que hasta ahora no estaba claro era qué rol tenía en otros aspectos de la socialización, como pasar una tarde con los amigos.
En el estudio publicado en la revista Nature, el equipo de especialistas sugiere que el papel de la oxitocina en las relaciones de persona a persona pudo haber evolucionado hacia áreas relacionadas con la afinidad grupal.
Los resultados de la investigación abren las puertas a posibles nuevos tratamientos para el autismo y otros trastornos neuropsiquiátricos como la esquizofrenia.
Pacientes autistas
La "hormona del amor" es el foco de un escrutinio intenso debido a su aparente papel para establecer la confianza entre las personas, y en ensayos clínicos se ha administrado a niños con trastornos de autismo.
Los hallazgos de este estudio no sólo ofrecen validez a las pruebas que ya se están haciendo con oxitocina en pacientes autistas, sino que también sugiere posibles nuevos tratamientos para este tipo de trastornos neuropsiquiátricos en que se deteriora la actividad social.
"Lo que sugiere este estudio es que quizás la oxitocina, en combinación con pequeñas dosis de antidepresivos, puede funcionar bien. Esto podría ser un tratamiento rápido para problemas sociales que tienen personas con autismo o esquizofrenia".
No obstante, el experto aclara que requieren más investigaciones sobre la materia. / BBC Mundo