Probablemente sea una de las situaciones más difíciles que una persona puede atravesar, sin embargo, las preguntas para quienes han pasado por esto no dejan de preocupar: ¿es posible recuperarse completamente?, ¿hay riesgo de tener un segundo infarto?
Hay enfermedades que no se pueden predecir, sin embargo, las relacionadas con el corazón suelen tener factores en común: la obesidad, altos niveles de colesterol en la sangre, presión alta, sedentarismo, entre otras.
Jaime Masjuan, neurólogo del hospital Ramón y Cajal de Madrid, España afirma que la vida después de un infarto puede llegar a ser bastante normal. “Todo depende del cambio de estilo de vida y de seguir al pie las recomendaciones de los médicos”, señala.
Entre otras indicaciones para quienes han padecido de un ataque cardíaco, el experto español recomienda eliminar la sal, tomar el medicamento para bajar la tensión arterial, chequearse los niveles del colesterol y, por supuesto hacer ejercicio y tener una dieta balanceada.
“Hay programas de rehabilitación cardíaca que le enseñan al paciente a retomar su vida normal después de un infarto”, explica Masjuan.
¿Y el sexo?
Muchas de las interrogantes de quienes han pasado por este problema, tiene mucho que ver con la vida sexual.
Masjuan y otros expertos como Javier Andrés Novales, coordinador de Cardiología de los hospitales vizcaínos de San Eloy en Baracaldo y San Juan de Dios en Santurce indican que las relaciones sexuales después de un infarto no generan mucho gasto energético, “es casi la misma energía que subir dos escalones”, agrega Novales.
El riesgo de morir
Sin embargo, el riesgo de morir después de un infarto persiste. De hecho, un 30% tiene el riesgo de sufrir un segundo infarto, aseguran expertos de Bayer.
Para contrarrestar este efecto, los expertos recomiendan medicamentos que hacen la sangre más líquida, uno de ellos es el Rivaroxaban, el primer anticoagulante oral de nueva generación aprobado en El Salvador en la indicación de prevención secundaria de eventos cardiovasculares en pacientes adultos que han sufrido previamente un ataque.
Un estudio realizado a sobrevivientes que recibieron dosis de Rivaroxaban lograron una reducción de eventos cardiovasculares del 10.7 al 8.9%.