Existe un gran desconocimiento acerca de cuáles son los hábitos que consiguen que nuestro oído escuche peor. Además muchos de ellos son calificados como inofensivos y no se conciben como perjudiciales.
Escuchar dispositivos electrónicos a un alto volumen. Una continua transmisión de ondas sonoras elevadas, disminuye la sensibilidad auditiva. Este fenómeno es aun peor cuando se poseen audífonos, debido a la variación extrema de ondas sonoras recibidas en el sistema auditivo. Por ello se recomienda el mantenimiento de los audífonos para adecuar los niveles de frecuencia, y puedas escuchar bien sin necesidad de enfrentarte a situaciones de riesgo.
Exposición continuada a la contaminación acústica. Ruidos como el tráfico de coches afecta a nuestros oídos. Especialmente en situaciones de tráfico cuando los decibelios son más altos. Es aconsejable acudir a revisiones auditivas regulares si nos enfrentamos a estos factores con regularidad.
Mala higiene del oído. Mantener nuestros oídos limpios es una necesidad. Los tapones de cera causan una pérdida de audición. Sin embargo no debe abusarse del uso de los cotonetes. La utilización inadecuada de los hisopos de oídos es capaz de ocasionar daños irreparables en el tímpano
Descuido de la salud auditiva. Hay que estar alerta sobre las condiciones sanitarias de nuestro sistema auditivo. La aparición de bacterias o gérmenes llevan a infecciones y enfermedades más complejas que amenazan nuestra audición. Por ello es imprescindible contactar con nuestros profesionales en audiología en Málaga cuando presentemos alguna patología auditiva.
Consumo de medicamentos. La ingesta excesiva de medicamentos como antibióticos genera problemas de audición. Ya sea como tratamiento para una enfermedad grave o leve.
Mala higiene del oído. Mantener nuestros oídos limpios es una necesidad. Los tapones de cera causan una pérdida de audición. Sin embargo no debe abusarse del uso de los cotonetes. La utilización inadecuada de los hisopos de oídos es capaz de ocasionar daños irreparables en el tímpano.
Alimentación desequilibrada y obesidad. Una alimentación equilibrada mejora la salud en todos los ámbitos, y también la salud audiológica. La obesidad es una realidad establecida y se sabe que aquellos que la padecen tienen mayor posibilidad de presentar una enfermedad auditiva.
Tabaquismo y alcoholismo.Las sustancias tóxicas que componen los cigarrillos no sólo deteriora las vías respiratorias y otros órganos. El tabaquismo nos hace más propensos a quedarnos sordos. Por otro lado, el alcohol en exceso genera un detrimento en nuestro cerebro que dificulta la percepción de estímulos sonoros.
Los órganos se van desgastando con el paso de los años y sus funciones se van reduciendo. Con el envejecimiento, la capacidad de captar sonidos disminuye. Por ello es importante concertar citas con nuestros expertos y ver juntos qué tipo de tratamiento necesitarías.