LOS SUEÑOS CONTINÚAN PARA ESTA SALVADOREÑA QUE INICIÓ ESTE 2022 EN MEDIO DEL TRATAMIENTO POR UN SEGUNDO DIAGNÓSTICO POSITIVO DE CÁNCER DE SENO.
Fátima López es dulce, sencilla y creativa, y especialmente tiene un gran apego a la vida. En 2017, a sus 32 años, enfrentó un cáncer de seno que la llevó a atravesar un duro tratamiento con mastectomía radical y quimioterapias, experiencia que la hizo más fuerte y la convirtió en vocera de la detección temprana.
Cinco años después, en diciembre de 2021, el seguimiento médico fue clave para volver a salvar su vida, al diagnosticársele un segundo tumor de pequeña dimensión en su otro seno, por lo que esta vez se sometió a una mastectomía conservadora y a 25 sesiones de radioterapia, más un tratamiento que durará cinco años.
“El segundo tumor me lo diagnosticaron por medio de la mamografía, porque ya era una paciente con un riesgo más alto. Era tan microscópico que solo la mamografía lo podía detectar”, cuenta esta profesional de las Comunicaciones, que hoy comparte sus consejos más personales con otras mujeres que encaran este diagnóstico.
Trato de ser feliz lo más que puedo, no complicarme y aprovechar los buenos momentos de cada día, pues nadie sabe lo que le puede pasar más adelante. Pero, venga lo que venga, uno siempre está dispuesto a enfrentarlo”.
Salvar un pecho es importante para la autoestima de una mujer, pero la vida lo es más. Si me hubieran dicho de quitarlo esta segunda vez, lo habría hecho, pero los médicos no lo consideraron necesario".
CONSEJOS
- Seguir los chequeos y tratamientos al pie de la letra: tenemos que vencer el miedo, estar alertas y no dejar pasar los chequeos.
- Alimentación y ejercicio: trato de alimentarme bien, con frutas y verduras. Tengo cinco años de no comer carne roja y, muy de vez en cuando, como unas papas fritas o pizza, pero procuro una dieta balanceada y hacer ejercicio.
- Optimista siempre: el optimismo es una forma de ver el cáncer no como una enfermedad sino como una oportunidad de vida. Si yo no me lo hubiera detectado a tiempo, ya no estaría aquí.
- Aprender de la experiencia: el segundo cáncer ya no fue tan impactante como el primero, porque ya estaba en el proceso. Gracias a Dios, mi doctor me sugirió hacer la mamografía cada seis meses.
- Hacer las cosas que amamos: tener visión hacia lo positivo y hacer otras cosas, aparte del trabajo. A mí me gusta sembrar semillas de berenjena o tomates, y verlas crecer, me fascina la cosecha, cocinar, hacer pan, galletas, pasar tiempo en casa con mi familia y mis perritos.
- Amar y ser amado: Dios estuvo ahí desde el primer momento en que me diagnosticaron en 2017 y yo me agarré de él. Sentirse amado por Dios, tu familia, tus amigos y por ti mismo es lo más importante.
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