
Cocinar pollo en casa es una práctica habitual en muchas cocinas, pero si no se siguen ciertas normas de higiene, también puede convertirse en una fuente de intoxicaciones alimentarias. Patógenos como la Salmonella o el Campylobacter pueden estar presentes en el pollo crudo y multiplicarse si no se manipula adecuadamente.
Para evitar este riesgo, la ingeniera de alimentos y divulgadora Mariana Zapién ha compartido en un vídeo de Instagram una guía práctica con cinco reglas esenciales para cocinar pollo de forma segura. "Seguir estas reglas reduce muchísimo el riesgo de intoxicaciones alimentarias", asegura.
MANTENLO EN REFRIGERACIÓN HASTA EL MOMENTO DE COCINAR
El primer paso para manipular correctamente el pollo crudo comienza antes incluso de encender los fogones. Zapién recuerda que debe conservarse siempre en refrigeración a 4°C o menos. A temperatura ambiente, las bacterias pueden duplicarse cada 20 minutos, lo que eleva significativamente el riesgo de infecciones alimentarias.
CUIDADO CON LA CONTAMINACIÓN CRUZADA
Uno de los errores más comunes es utilizar los mismos cuchillos, tablas de cortar o trapos para el pollo crudo y otros alimentos como frutas, verduras o queso. La experta recomienda designar utensilios exclusivamente para carnes crudas: "Una sola gota de jugo de pollo contaminado puede enfermarte y contaminar tus utensilios", advierte.

LÁVATE BIEN LAS MANOS
Tras manipular pollo crudo, es fundamental lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. "No toques nada antes", insiste Zapién. Tocar otros alimentos o superficies con las manos contaminadas puede propagar bacterias por toda la cocina sin que lo notes.
LAVA Y DESINFECTA TODOS LOS UTENSILIOS
Después de haber estado en contacto con pollo crudo, todos los utensilios y superficies deben lavarse con agua caliente y jabón. Zapién recomienda además desinfectarlos para asegurarse de eliminar cualquier resto de bacterias.
NO LAVES EL POLLO CRUDO
Pese a lo extendida que está esta práctica, lavar el pollo crudo bajo el grifo es un error que puede propagar aún más las bacterias en el entorno de la cocina. "El agua no mata bacterias, la cocción sí", aclara. Lo más seguro es cocinar bien el pollo hasta que alcance una temperatura interna adecuada.
Los comentarios están cerrados.