La toma de suplementos de ácidos grasos Omega 3 reduce la dependencia a la nicotina e incluso el número de cigarrillos que un fumador consume cada día, según un estudio de la Universidad israelí de Haifa.
Conforme a esta investigación, el Omega 3 reduce "el tabaquismo de manera significativa", afirma en un comunicado la jefa del programa de adicciones del departamento de Criminología de la Universidad de Haifa (norte de Israel), Sharon Rabinovitz Shenkar.
Además de los problemas respiratorios y cardiovasculares que provoca y su relación con el cáncer, el tabaco hace que disminuyan los niveles de ácidos grasos esenciales en el cerebro, especialmente aquellos similares a los Omega 3. La falta de Omega 3 daña la estructura de las células nerviosas e interrumpe la neurotransmisión en zonas del cerebro involucradas en la sensación de recompensa y satisfacción.
A este respecto, el estudio demuestra que la deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 dificulta que el fumador se enfrente a la abstinencia y, por el contrario, lleva a que éste recurra más al cigarrillo.
"Investigaciones anteriores han demostrado que un desequilibrio de Omega 3 está también relacionado con la salud mental, la depresión y la habilidad de afrontar la presión y el estrés", indica Shenkar, responsable también del laboratorio de psicofarmacología de la Universidad Bar Ilán.
Los investigadores apuntan que la presión y el estrés están asociados a la necesidad del fumador de consumir tabaco y que sus niveles aumentan entre quienes dejan ese hábito. La investigación se hizo sobre una muestra de 48 fumadores entre 18 y 45 años que habían fumado en el último año al menos diez cigarrillos diarios, con una media de 14 al día.
Los participantes fueron divididos en dos grupos -uno de ellos recibió cápsulas de Omega 3 y el otro un placebo- y se les solicitó que tomaran cinco pastillas durante treinta días, pero nunca se les pidió que dejaran de fumar.
El estudio demostró que, si bien no se encontraron diferencias significativas al inicio del experimento, 30 días después los fumadores que habían ingerido Omega 3 redujeron el consumo de cigarrillos en una media de dos al día (un 11 %), aunque no se les pidió que cambiaran sus hábitos al respecto.
También mostró un descenso significativo del síndrome de abstinencia. Aunque treinta días después de concluir el tratamiento el deseo de fumar se incrementó ligeramente, permaneció significativamente bajo en relación a los niveles iniciales entre quienes habían tomado Omega 3. La universidad pretende ahora ver si este suplemento no es sólo eficaz para reducir la dependencia al tabaco, sino si también puede ayudar a dejar de fumar como tal.