Ahora que ya comenzaron las vacaciones, no solo los horarios se relajan. También hay otros aspectos del diario vivir de los más pequeños que pueden descontrolarse, como la alimentación.
Los sorbetes, los encuentros con los amigos para salir a comer, así como el cambio en las rutinas, son algunos ejemplos de cómo la nutrición se ve afectada durante el periodo vacacional.
El hecho que los niños estén de vacaciones no significa que puedan comer lo que quieran a cualquier hora. Por ello, sigue estos consejos para poner orden en la alimentación de los hijos y asegurar una dieta saludable mientras aprovechan todo este tiempo libre.
Controla la alimentación de los hijos en verano. Establece horarios y no te saltes las comidas. Es importante mantener unos horarios de descanso y comidas para asegurar las 5 ingestas recomendadas por los más pequeños.
Sal, siempre, desayunado. El desayuno es la comida más importante del día y debe estar compuesto por una ración de fruta, una ración de lácteo y una ración de cereales.
Botella de agua, siempre bajo el brazo. El agua debe acompañarlos siempre, vaya donde se vaya, ya que la hidratación es muy importante frente a las altas temperaturas del verano.
Bocadillos saludables, en especial si se sale de casa. Unas piezas de fruta, unos tomates cherries, frutos secos. Nunca productos procesados.
Helados caseros. Los helados son unos de los 'grandes hits' del verano, pero a menudo los que se compran en grandes superficies, lo que se traduce en altas cantidades de azúcar. Siempre es mejor hacerlos en casa.
Mantener actividad Las vacaciones no quieren decir que haya que estar todo el día en el sofá. Hay que moverse, en la medida de lo posible: ir a la piscina, caminar o ir en bici mientras las temperaturas respeten, etc.
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FUENTE: Hacerfamilia.com
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