Comenzar el año te llena de optimismo, pero llegar a la mitad sin iniciar esos propósitos también puede ser una decepción. Seguir una estrategia y algunos consejos claves pueden ayudarte a no abandonarlos.
Pero, ¿Cómo vas con tus metas? ¿Sigues enfocada/o en ellas o ya pasaron a ser parte de un segundo plano? ¿Qué pasó con tu motivación? ¡Es hora de cargar las pilas y no esperar a que inicie un nuevo año para empezar de nuevo! Vamos, concéntrate en tu meta, se consiente que para alcanzarla debes esforzarte y nunca rendirte, puede que tengas muchos obstáculos pero depende de ti si los saltas o te quedas parado. Se constante, persistente, lucha por ese sueño que tanto anhelas, más vale intentar mil veces a jamás internarlo. Sé paciente, se optimista, celebra tus avances, cree en ti y el camino a la meta será más fácil de alcanzar.
Para evitar llegar a diciembre sin cumplir lo que te has propuesto, te recomendamos una serie de hábitos sencillos que puedes incorporar en tu día a día:
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Hoy es una nueva oportunidad
El pasado es pasado y el futuro es incierto, es importante saber que hoy es una nueva oportunidad que tienes. Si bien es cierto ya pasaron seis meses del año y probablemente no se han cumplido alguna de tus metas aún tienes una nueva oportunidad. Puede frustrar un poco porque la meta no se cumplirá al 100 %, pero lo importante es que hoy se puede comenzar y no puedes renunciar a ello.
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Un fuerte deseo
El deseo debe estar ligada a una motivación, una razón de mucho valor que te recuerde por qué quieres lograr esa meta. Puedes poner un ejemplo concreto que te diga a ti cada día por qué quieres lograrlo. Si tu propósito fue bajar de peso recuerda ese vestido o tus jeans favoritos que ya no te quedan y tienes guardado.
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La meta no debe ser solo un sueño
No tiene que ser una ilusión o un anhelo, debe ser un objetivo concreto que lleve un plan de acción y te ayude a lograrlo. Hay una gran diferencia entre un sueño y una meta, lo principal en una meta es que tiene un plan de acción. A medida que pasa el tiempo debes preguntarte qué estás haciendo hoy que te ayude a lograrlo.
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Reconocer los pequeños logros
Lo importante es reconocer que a pasos pequeños estás logrando poco a poco tu objetivo, por ejemplo, si tu meta fue bajar de peso, entonces puedes reconocer que a pesar de haber bajado dos o tres libras, ya estás un paso más cerca de cumplir. Reconocer estos logros te vuelve a motivar e ir escalonando y no creer que por no dar un salto de 10 metros no vas a llegar arriba.
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Los límites están en tu mente
Si escuchas las malas críticas, no haces nada por cumplir tu propósito y te dejas influenciar por los demás es un paso hacia atrás; sin embargo, si estás trabajando por lograrlo vas a confiar en ti misma. Es importante saber que las metas tienen que ser alcanzables, medibles y realmente motiven. Es importante que semana a semana se realice un chequeo para conocer tu progreso.
- Relacionado con el tiempo
Debe estar enmarcado en un plazo de tiempo o fecha límite. Puedes establecer un día concreto para iniciar, por ejemplo: apuntarte en el gimnasio el 20 de junio o comenzar a ahorrar $1 cada día.