En muchas ocasiones, no somos conscientes de que la toma inadecuada de medicamentos, para una determinada enfermedad o dolencia, puede producir efectos adversos en nuestro organismo o no actuar de forma correcta. Es por ello que, especialistas sanitarios, alertan de los principales errores que solemos cometer para evitar consecuencias a tiempo.
Raquel Varas, farmaceútica del departamentos de servicios asistenciales del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, en un artículo de Infosalus, explica cuáles son las claves para medicarse de forma apropiada, respondiendo a qué, cómo, cuando y durante cuánto tiempo utilizarlos dependiendo del tipo de fármaco.
1. Forma a aplicación: En el caso de especialidades complejas existen ciertos medicamentos que antes de su toma necesitan ser agitados o reconstituidos para evitar que el principio activo se quede en el fondo del vaso, por ejemplo. Es importante leer siempre el prospecto antes de su preparación, así como consultar a nuestro médico o farmacéutico a cerca de la dosis necesaria de agua o el modo de aplicación.
En el caso de algunos tipos de pastillas se recomienda su ingesta bien sea masticando, tragando o deshaciendo en la boca. Preparadas para su absorción por la mucosa, su toma debe respetarse para que resulte el efecto deseado.
2. Temperatura: Medicamentos como la insulina para personas diabéticas, inyecciones o antibióticos en suspensión deben siempre conservarse en el frigorífico y permanecer a temperatura ambiente un tiempo considerable antes de utilizarse.
3. Hora: En su mayoría, los fármacos cuentan con una momento del día adecuada, dependiendo de para qué estén indicados. Las estatinas para el colesterol, los medicamentos para la osteoporosis o algunos fármacos relajantes deben tomarse por la noche para impedir que se produzcan alteraciones del sueño durante el día. En el caso de los estimulantes sucede todo lo contrario.
4. Alimentación: Otros de los medicamentos que se deben tomar por la noche son los indicados para evitar la acidez antes de irnos a la cama. Los protectores de mucosa gástrica han de tomarse en ayunas, mientras muchos fármacos se recomienda sean tomados acompañados de alimentos para evitar posibles alteraciones gástricas.
5. Tomas: Enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o infecciones agudas tratadas con antibióticos siempre deben aplicarse a las horas específicas y recomendadas por un médico, evitando de todos los modos posibles saltarse una dosis. El modo de evitar consecuencias mucho más graves derivadas de este tipo de patologías.
6. Gotas: Cuando hablamos de fármacos para ojos u oídos, es indispensable la aplicación de gotas mediante un dispensador específico, evitando así posibles infecciones y contaminación de la zona. En cuanto al colirio, este siempre debe ser aplicado en el párpado inferior dejándolo actuar con el ojo cerrado durante unos segundos.
7. Aerosoles: Tanto para evitar infecciones por hongos o sobre inhalación, los aerosoles deben ser utilizados de forma correcta. Enjuagarse la boca tras su aplicación o estar atentos a el sonido del inhalador es clave para evitar una posible sobredosis.
8. Caducidad: La fecha de expiración de muchos medicamentos se refiere a la longevidad del mismo, siempre que no se haya abierto o utilizado, reduciéndose este tiempo considerablemente. Una vez más, la lectura del prospecto o la consulta a un especialista puede resultar esencial.
9. Alergias o fotosensibilidad: Se debe tener especial cuidado ante el conocimiento de intolerancia o alergia a alguno de los principios activos de algunos medicamentos. Se recomienda poner en conocimiento del personal sanitario siempre que se vaya a tomar un nuevo fármaco.
10. Automedicación: Por último, y ampliamente desaconsejada, está la automedicación. Un hecho que puede perjudicar seriamente a otro tipo de patologías que podamos padecer. Ejemplos como la codeína, presente en jarabes para la tos, produce estreñimiento; siendo contraproducente la toma de la misma junto con productos específicos para el efecto contrario.
Del mismo modo, antiinflamatorios están contraindicados junto con medicamentos para tratar la hipertensión. O en personas con afecciones hepáticas, el paracetamol puede ser altamente dañino para el organismo.
Fuente: es.euroclinix.net
