Salud

El familiar que cuida al paciente también sufre y padece. ¡Toma estas consideraciones!

lunes 20, junio 2022 - 12:30 am

 

No hablamos de asistir un resfriado común un par de días, sino de enfermedades crónicas o condiciones graves que necesitan atención continua por largos periodos de tiempo o de por vida. En estos casos, la persona o pariente encargado de cuidar se desgasta emocional y físicamente. A la larga, ello puede generar rechazo hacia el paciente. 

El estrés, la fatiga y el agotamiento se producen a consecuencia de la lucha diaria, una dura tarea que a menudo es testigo de la degeneración de un paciente, acarreando impotencia o falta de control en el cuidador. Todo ello puede desembocar en el llamado “síndrome del cuidador quemado o burn-out”.

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Esta afección se caracteriza por un profundo desgaste emocional y físico de la persona que cuida al paciente, reseña el portal cuidadores.unir.net.

Si el cuidador reprime con mucha frecuencia sus sentimientos y emociones, lo que aumenta la presión, depresión, angustia e irritabilidad. La situación puede sumarse a problemas de otra índole como laboral, económica o legal, propios del cuidador.

 

Para cuidar su salud mental y mejorar su calidad de vida, el cuidador debe entender que...

 

  1. El agotamiento puede hacer mella y generar situaciones de irritabilidad y hasta violencia. Por eso es crucial pedir ayuda a familiares, amigos y profesionales del área médica que puedan relevarle en su labor. 
  2. Para hacer posible el punto 1, es importante organizarse: saber organizar pastilleros y otros medicamentos, hacer una guía de cuidados o bien un cronograma diario para compartir a las personas que apoyarán en los cuidados, para que lo hagan de manera correcta y no empeoren la situación.
  3. El cuidador nunca debe olvidarse de sí mismo. Tiene que ocuparse de su alimentación y de hacer ejercicio físico para eliminar toxinas del cuerpo. Además, debe propcurar actividades naturales como ir de paseo, disfrutar con amigos o tener una vida de pareja.
  4. Tomarse descansos diarios es muy positivo. Por ejemplo, reservarse un lapso diario para actividades placenteras, fuera del contacto directo con el dependiente.
  5. Poner límite a las demandas del paciente. Hay que saber decir no, sin sentirse culpable por ello, por ejemplo: que la persona vaya al baño sola si tiene capacidad para hacerlo.
  6. Además, es importante expresar sus sentimientos, frustraciones y temores como vía de escape emocional. Para ello, se debe contar con la presencia de amigos, familiares o un psicólogo que le guíe en el camino de exteriorizar su situación de manera acertiva.

 

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