- Cecilia de Escobar.
- 35 años
- Mastectomía completa en ambos senos.
Dicen que cada cáncer es diferente. Unos más agresivos que otros, unos necesitan poca quimioterapia, otros más radiación, hay unos incluso, que solo con quimioterapia pueden eliminarse. También dicen que el éxito para curarse del cáncer dependerá del primer doctor que lo vea. En el caso de Cecilia, su cáncer es completamente diferente al de Mauxy y al de Leiden, aunque similares en algunos puntos.
La sospecha del cáncer de Cecilia es de hace dos años. Comenzó sintiendo una bolita cerca del área axilar y un extraño dolor en todo el brazo derecho. Su ventaja era tener un oncólogo que había tratado anteriormente a una bisabuela, por lo que la extraña bolita en un primer instante, al doctor se le hizo sospechosa. Después de una biopsia negativa que no lo conformó, solicito una biopsia abierta en el Instituto Nacional del Seguro Social para determinar exactamente que era. Fue un hecho. Era un tumor canceroso de tres centímetros.
Antes de la operación, había que reducirlo con ayuda de quimioterapias. Después de ocho de ellas, el tumor no se lograba reducir, al contrario, su brazo se había inflamado y estaba a punto de perderlo. Había que operar lo más pronto posible. Finalmente le extrajeron los ganglios, que resultaron ser negativos y el tumor que no se reducía ahora parecía carbón.
Cuesta creer que detrás de esa personalidad tan positiva hayan pasado diferentes obstáculos. A Cecilia en un intervalo de un año le habían realizado la mastectomía para extirpar ambos senos, perdió la movilidad del brazo derecho y le diagnosticaron metástasis en la piel y a través de una resonancia magnética hecha en el Centro Internacional del Cáncer le detectaron metástasis en el cerebelo.
Otra cosa que dicen es que el cáncer les da a las personas valientes y puede que sea cierto, Cecilia es prueba de ello, su hijo de siete años, su esposo, Dios y su familia han estado ahí para superar esta prueba. Una prueba que anteriormente su esposo vivió en 1994 con su hermanito que murió de cáncer.
Ver a Cecilia, es realmente motivador. Sus ojos irradian alegría, su corto cabello creciendo es señal de esperanza y su sincera sonrisa nos enseña una verdadera lección de lucha y valentía.
Confiesa que aún no está preparada para una reconstrucción de senos. “Simplemente no me siento capaz por el momento. Yo era talla 38, tenía un busto grande. Después de la mastectomía usaba prótesis, pero era tan pesada y complicada de poner, debía de colocar antes un brasier y así sucesivamente, hasta que opté por no usarla. Con las pelucas fue igual, era tan caliente y tan molesta que también decidí a no utilizarla más”, confiesa.
Su esposo, —quien la acompañó a la entrevista—, nos comenta que después de un matrimonio de ocho años, el cáncer de mama es una etapa más que han sobrellevado.
Cecilia recibió su última quimioterapia hace cinco meses, a veces siente mareos, misma consecuencia del tratamiento en el cerebelo, y, dentro de poco tiempo se someterá a un nuevo estudio con el mismo centro médico para determinar que le está ocurriendo.