El virus del Ébola evoluciona más lentamente que otros como el de la gripe o el sida, "y no al contrario, como se ha dicho", aseguró un experto del Instituto Pasteur, uno de los centros punteros en la investigación de esta epidemia.
"La principal propiedad de los virus aéreos es su tendencia a evolucionar más rápido, pero el del Ébola, por suerte, no se comporta de la misma manera", dijo Etienne Simon-Loriere, investigador del Pasteur, entrevistado por teléfono.
El experto explicó que su centro sigue trabajando sobre las potenciales mutaciones de la cepa procedente de Sierra Leona y que "los resultados preliminares muestran que, afortunadamente, el virus del Ébola evoluciona más lentamente que el de la gripe o el VIH, y no al contrario, como se ha dicho".
Para Simon-Loriere, resulta vital vigilar el virus para estar al corriente de eventuales mutaciones, de una forma permanente y más constante.
El investigador calificó de "muy interesante" el fenómeno de pacientes expuestos al virus del Ébola y que, sin embargo, no presentan síntomas.
"Esto es algo común y sucede con muchas enfermedades, se trata de personas con un extraordinario sistema inmunitario. Desgraciadamente, no podemos asegurar que estos portadores asintomáticos carezcan de la capacidad de contagiar a otras personas", explicó.
Al respecto del trabajo para hallar una vacuna contra esta enfermedad, Simon-Loriere destacó que su centro está trabajando actualmente en dos.
"La primera, que está en la segunda fase de desarrollo, es una variación de la vacuna del sarampión, una vacuna infantil que se aplica desde siempre. Se trata de implementarla para luchar contra el ébola, es un proceso científico muy complicado. No estamos en condiciones de dar una fecha de cuándo estará lista", dijo.
Mientras, la segunda "forma parte del grupo de vacunas que se utilizan en terapia genética, suelen funcionar bien y presenta la ventaja potencial de que puede administrarse a gente que ya ha sido expuesta al virus. Es, por ejemplo, parecida a la vacuna contra la rabia, que se aplica a la persona después de que haya sido mordida. En el caso del ébola, sería similar", aclaró.
El primer caso del nuevo brote de ébola -el primero registrado en el oeste africano- se produjo en diciembre de 2013 en Guinea y de allí se expandió a Liberia y Sierra Leona, donde ha infectado a unas 22.000 personas, de las que casi 9.000 han fallecido, según la OMS.