Las ampollas son producidas por el calor que genera la fricción ya sea generada por el calzado o por el contacto directo con superficies calientes causando una gran molestia al caminar además de ser un riesgo en caso de infectarse.
Lea algunas alternativas para combatir las ampollas:
Tenga en cuenta que no todas las ampollas deben ser extirpadas
Si la ampolla es demasiado grande y causa dolor es recomendable extirparla, pero si es leve lo mejor es dejar que sane con el tiempo.
Haga una rosquilla con gasa
Una manera de proteger una ampolla sensible sin extirpala es colocar una especie de protector grueso con gasa puesto que le protegerá y absorberá los golpes y fricciones del caminado.
En caso de extirpar, esterilice
Si desea extirpar la ampolla, primero esterilizar con alcohol el instrumento (aguja, navaja pequeña) que utilizará.
Extirpe la ampolla a los costados
Si ya decidió esterilizar, nunca pinche la ampolla al centro, hágalo a un costado de la misma y con poca presión. Es importante que solo utilice la punta de la aguja y no introduzca todo el cuerpo.
No retire la cubierta de piel que queda luego de extirpar
Muchos cometen el error de cortar la piel que que recubría la ampolla, esto aumentará el dolor y aumentará el riesgo a infecciones. Recuerde que esa piel puede ayudar a recubrir la zona dañada de manera natural.
Limpie el área constantemente
No olvide mantener limpia el área donde estaba la ampolla ya que esto le ayudará a que sane más rápido y sin riesgo de infección.
Ventile la zona
Si utiliza algún tipo de gasa o curita para recubrir el área donde está la ampolla, recuerde siempre dejar la ampolla expuesta por las noches. Esto le permitirá oxigenar la zona, acelerando el proceso de curación.
Cambie de gasas
Si utilizó gasas para cubrir la ampolla luego de extirparla es, recomendable que las cambie al menos cada dos días y si se moja de preferencia opte por cambiarla inmediatamente para evitar la contaminación del área.