A casi todos nos ha sucedido de comprar alguna vez un par de zapatos hermosos que nos hizo llorar, no de amor, sino de dolor. No te angusties, aquí te mostramos algunas técnicas para que puedas volver a usar ese calzado que tienes guardado en el clóset, ¡sin sufrir! Ten en cuenta estos consejos.
El truco de las medias y el secador
Para lograr que tu calzado se estire, prueba con esta propuesta de la revista en línea Goods Home Design: ponte un par de medias gruesas (o más de un par, si lo deseas) e intenta introducir tus pies en los zapatos. Luego, aplica un poco de aire caliente en las partes ajustadas, con un secador de cabello, mientras extiendes tus pies gradualmente. Continúa usando los zapatos hasta que se enfríen y luego cambia tus medias por un par más delgado para comprobar el resultado. Puedes repetir el procedimiento varias veces, pero ten cuidado si el calzado es de cuero: tras el proceso deberías aplicarles un poco de crema para zapatos.
De aquí para allá con tus zapatos
Otra opción más tradicional para estirar tus zapatos es usarlos mucho (sobre todo dentro de la casa, donde puedes quitártelos cuando quieras). Prepara la cena, trabaja con la computadora o limpia la sala de estar con tus zapatos apretados puestos. Cuanto más los uses, probablemente más cederá el material y podrías sentirlos más cómodos en menos tiempo.
Dancing in the rain… o casi
Darles a tus zapatos un poco de humedad podría contribuir a estirarlos, pero ten cuidado: no te lances a bailar bajo una lluvia fuerte o una tormenta, ya que tu preciado par podría arruinarse. Mejor, prueba esta técnica cuando caigan del cielo algunas leves gotas. Y ten cuidado de no resbalarte.
Ten banditas siempre contigo
Muchas veces la mejor solución es usar los zapatos hasta que se adapten a tus pies, y resignarse al dolor de las primeras veces. Para no sufrir de más, cubre cualquier lastimadura o ampolla con una bandita.
Al congelador
Sí, tal como lees. Podrías introducir bolsas plásticas con agua dentro de los zapatos y depositarlos en el congelador. A medida que el agua de las bolsas se enfríe, podría expandirse y estirar el zapato desde adentro hacia afuera. Para calcular la cantidad de agua a introducir, ten en cuenta cuánto quieres estirarlos.
Herramientas
Si quieres probar con algún método menos riesgoso que las bolsas de agua, puedes rellenar tus zapatos con medias o bolas de papel. O, también, puedes probar con un estirador de calzado.
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