A la hora de superar la muerte de una madre no hay recetas mágicas ni estrategias rápidas. A pesar de que albergamos una seguridad tácita de que esa experiencia llegará en un momento dado, nadie está preparado para ello. No importa que seamos ya adultos y que hayamos lidiado anteriormente con otras pérdidas, adversidades y dramas de otros tipos y otras texturas emocionales.
La pérdida de la figura materna es una de las vivencias más dolorosas. Es uno de los eventos más traumáticos que vive el ser humano. Bien es cierto que todo depende de la relación que hubiéramos tenido con esa figura familiar. Sin embargo, por término medio, el vínculo creado con ellas traza una alianza de grandes significados, soportes, apegos y un afecto de los que se convierten en columna vertebral.
Estrategias para superar la muerte de una madre
1. Permítete sentir cada sensación, emoción y recuerdo
Todo es válido. Cada emoción que aprisione tu cuerpo y tu mente tras la muerte de una madre es válida y debes aceptarla. Rabia, ira, tristeza, incomprensión, frustración, añoranza, miedo, desolación… Los primeros días tras esa pérdida siempre son borrosos y se tiene una extraña sensación de irrealidad. Tal experiencia es completamente normal.
2. No hay un duelo perfecto: cada persona lo vive de una manera
Cada duelo es único y esto es algo que debemos respetar. En ocasiones hasta dos hermanos pueden lidiar con esa pérdida de manera diferente porque la relación que tenían con su madre no era la misma. Esto es algo que debemos respetar. Habrá quien necesite llorar durante más tiempo y contar con más instantes de soledad.
En cambio, otras personas necesitarán hablar con amigos y familiares, sentir la cercanía de los suyos de manera constante. No hay un duelo normativo, por ello es importante no empujar a nadie a seguir adelante lo antes posible. Cada uno necesita su tiempo, su ritmo y sus procesos internos de reajuste emocional.
3. Aceptación: la vida no volverá a ser igual, será diferente
Para superar la muerte de una madre debemos entender que nuestra vida ya no será igual. Aunque nos insten a “volver a la normalidad” esa normalidad ya no estará, ya no será posible. Ahora bien, la aceptación de esa pérdida llegará en el momento en que entendamos que las cosas serán diferentes, pero no peores.
Nos adaptaremos, porque la vida avanzará y contaremos con amigos, familiares y parejas maravillosas. En nuestro corazón habrá un vacío, pero el ser humano aprende a vivir con el vacío de las ausencias de muchas maneras.
El dolor por quien ya no está se transforma lentamente, como una flor que germina en algo nuevo. En otra forma de amor que nos acompaña, que nos resguarda…
4. Hablar de nuestra madre, recordarla y permitirnos tener días malos
Hay que hablar de lo que duele para que duela menos. Es bueno compartir con los nuestros esos instantes vividos con nuestra madre, porque recordarla es honrarla. Tenerla en mente es hacerla presente, pero procurando eso sí que ese recuerdo no nos bloquee, sino que nos impulse. Porque nuestra madre nos querría felices.
Ella desearía para nosotros toda la dicha del mundo y por ello, un modo de homenajearla es teniendo una vida significativa. Asimismo, aceptemos también que la tristeza y la añoranza nos visitarán de vez en cuando. Tendremos días malos, pero esto es perfectamente normal.
5. Para superar la muerte de una madre, encuentra tu paz y da nuevos significados a tu existencia
Toda pérdida nos obliga a reformular muchas cosas. Es una mueca en nuestra existencia, es cierto. Sin embargo, para superar la muerte de una madre es necesario que poco a poco encontremos nuestra paz. Nuestro equilibrio. Y cada cual, lo halla de un modo. Hay quien toma conciencia de que debe hacer cambios en su vida para que esta tenga mayor sentido y trascendencia.
Con la pérdida de un ser querido, tomamos conciencia de nuestra fugacidad y eso nos insta a vivir con mayor sentido. Hacerlo también es un modo de honrar a nuestras madres.
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