Salud

Salmonelosis: Cómo identificarla, prevenirla y proteger a tu familia

sábado 14, junio 2025 - 1:00 am

La salmonelosis es una de las infecciones alimentarias más comunes a nivel mundial, causada por la bacteria Salmonella. Esta bacteria suele vivir en los intestinos de animales y humanos y se elimina a través de las heces

El contagio ocurre principalmente al consumir alimentos o agua contaminados, aunque también puede transmitirse por contacto directo con personas infectadas o animales portadores, como reptiles, aves y mamíferos domésticos.

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¿Por qué es más frecuente en verano?
Durante los meses de calor, los casos de salmonelosis aumentan significativamente. Las altas temperaturas favorecen la proliferación de Salmonella en alimentos mal conservados o poco cocinados, convirtiéndolos en un caldo de cultivo perfecto para la bacteria. Por eso, la prevención en esta época requiere especial atención en la manipulación y conservación de los alimentos.

Síntomas habituales

La salmonelosis es habitualmente una enfermedad autolimitada y leve. Esto quiere decir que los síntomas habituales de esta gastroenteritis -diarrea, náuseas, vómitos, fiebre baja y malestar general- suelen aparecer entre las 6 y las 72 horas desde que entramos en contacto con la bacteria y desaparecen a los 2-7 días. Sin embargo, durante ese tiempo es importante que la persona infectada haga reposo relativo, se hidrate de forma correcta para recuperar los electrolitos perdidos y reintroduzca la alimentación poco a poco y lo antes posible.

¿Cómo se transmite?

Según expertos, la salmonelosis se contagia principalmente a través del agua y alimentos contaminados por la bacteria. También se puede transmitir de una persona a otra por inadecuada higiene de manos, que contamina los alimentos al manipularlos. Por último, los portadores asintomáticos o las personas enfermas también pueden ser fuente de infección.

La salmonela afecta tanto a hombres como animales (lagartos, tortugas, perros, gatos, etc.). De ahí que expertos aconsejan ser cautos al limpiar los areneros de las mascotas -perros y gatos- y al entrar en contacto con ellas, debiendo lavarse cuidadosamente las manos. Lo mismo ocurre con las hortalizas y frutas de huertos domésticos, que deben lavarse bien, para evitar el contagio si estos alimentos han entrado en contacto con las heces de los animales.

 

Medidas en la cocina para no coger la salmonela

Para evitar esta y otras toxiinfecciones alimentarias es muy importante que se extremen  las medidas higiénicas en nuestras cocinas. Una de las máximas en la cocina es siempre lavarse las manos con agua y jabón, algo que debemos hacer no sólo al empezar a cocinar, sino cada vez que toquemos un alimento crudo o cocinado, pero también al tocar otros utensilios, y recipientes. Pero, además, es esencial:

  • Lavado cuidadoso de frutas -o pelarlas cuando no sea posible- y de verduras -en este caso se puede utilizar lejía de consumo-

  • No lavar los huevos. “A la hora de cascarlos hacerlo en un lugar y echar el contenido en otro”, dicen los expertos.

  • No se deben lavar las carnes de ave o de vacuno, ya que aumenta el riesgo de propagación de los patógenos a utensilios o superficies.

  • Las carnes o pescados deben refrigerarse -a unos 4ºC- lo antes posible. Si no vamos a consumirlas ese mismo día lo ideal es congelarlos cuanto antes en paquetes separados.

  • Los alimentos que se descongelan deben colocarse en un recipiente separado. Este proceso debe realizarse en el frigorífico y no a temperatura ambiente.

  • No mezclar alimentos crudos con alimentos cocinados en la nevera. Cada tipo debe estar en un estante diferente.

  • No mezclar alimentos crudos y cocinados en un mismo recipiente. Tampoco deben colocarse en el mismo estante en el frigorífico ni deben ser mezclados en las bolsas de la compra o en el carrito.

  • No utilizar el mismo cuchillo o tabla para cortar vegetales y carnes crudas. Tampoco para alimentos cocinados y crudos.

  • Los alimentos deben cocinarse y alcanzar en este proceso la temperatura adecuada. Por ejemplo, tanto la yema del huevo como la clara deben estar cuajados.

  • Una vez cocinado un alimento hay que refrigerarlo cuanto antes para que no proliferen las bacterias. Esto es especialmente importante en los cereales como el trigo, la cebada y el arroz donde se puede producir una toxiinfección alimentaria por Bacillus cereus.

  • Cocinar en ambientes frescos y libres de calor.

  • Evitar los alimentos -carnes, pescados y huevos- crudos. 

  • Respetar las indicaciones del etiquetado de alimentos envasados.

Si me contagio, ¿qué he de hacer?

Si pese a estas medidas aun así entramos en contacto con la salmonela y desarrollamos una salmonelosis, expertos explican que hay que hacer reposo relativo, asegurar una buena rehidratación e intentar reintroducir cuanto antes la alimentación. ¿Cómo debe hacerse?

Hay que comenzar la rehidratación convenientemente en las 3-4 horas posteriores al inicio de los síntomas, lo que permite a la persona reponerse fácilmente. Para ello se pueden utilizar caldos bien preparados, zumos caseros de frutas naturales, entre otros.

Lo más importante es evitar la deshidratación, como en cualquier tipo de diarrea, con especial atención a niños y mayores. Es preferible optar por sueros, ya que al preparar en casa la limonada alcalina con agua o con azúcar podemos cometer errores de concentración en su preparación.

Si se tolera la vía oral no es necesario el reposo intestinal. Al comenzar de nuevo la alimentación esta debe basarse en féculas hervidas, como el arroz, la pasta o la papa, añadiendo plátanos y yogures… Es importante normalizar la dieta lo antes posible, evitando los azúcares y las grasas porque la mucosa del intestino se resiente un poco a consecuencia de la diarrea.

Además en esos primeros días se tiende a evitar la leche por esa sensibilidad en la mucosa intestinal, pero si se pueden añadir otro tipo de lácteos con bifidus para recuperar la flora intestinal.

Lo habitual es que la salmonelosis se resuelva en unos 5-7 días. No obstante, si a los 2 ó 3 días la persona sigue sin encontrarse bien, tiene fiebre elevada y no se tolera la ingesta de líquidos habrá que acudir al médico para que determine si es necesario pautar un tratamiento y si es necesario realizar un cultivo en heces.

Es especialmente importante controlar bien los síntomas en niños, ancianos, personas con enfermedades crónicas y mujeres embarazadas, ya que pueden sufrir más complicaciones y que la salmonelosis pase de ser un cuadro leve a uno sistémico.

Alimentos más implicados

Los alimentos más asociados a la salmonelosis son:

  • Huevos y productos elaborados con huevo crudo
  • Leche y derivados lácteos
  • Carnes de ave, cerdo y vacuno
  • Frutas y verduras, especialmente si han estado en contacto con heces animales o han sido mal lavadas

 



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