
Los pacientes diagnosticados con Alzheimer poseen depósitos de grasa en el cerebro. Por primera vez desde que se describió la enfermedad hace 109 años, se ha constatado la existencia de acumulaciones de gotas de grasa en el cerebro de pacientes que murieron de ella, y se ha identificado la naturaleza de la grasa.
Este notable avance científico, fruto de los esfuerzos del equipo de Karl Fernandes y Laura Hamilton, de la Universidad de Montreal en Canadá, abre una nueva vía en la búsqueda de una medicación para curar o hacer más lenta la progresión del Mal de Alzheimer.
Fernandes y sus colegas encontraron depósitos de ácidos grasos en el cerebro de pacientes que murieron de la enfermedad y en ratones que fueron modificados genéticamente para desarrollarla. Los experimentos realizados por estos científicos sugieren que tales depósitos anómalos de grasa podrían ser un desencadenante para la enfermedad.
Más de 47,5 millones de personas en todo el mundo padecen el Mal de Alzheimer o algún otro tipo de demencia análoga, según la Organización Mundial de la Salud. A pesar de décadas de investigación, los únicos medicamentos actualmente disponibles tratan solo los síntomas.
El nuevo estudio pone en relieve lo que podría resultar ser un eslabón perdido en los procesos bioquímicos subyacentes en esta clase de dolencias.
Los investigadores intentaron entender por qué las células madre del cerebro, que normalmente ayudan a reparar daños cerebrales, no responden en la enfermedad de Alzheimer. La observación de gotitas de grasa cerca de las células madre, en la superficie interior del cerebro en ratones predispuestos a desarrollar la enfermedad, condujo a los autores del estudio a replantearse el papel de estas gotitas. Entonces, constataron que el propio Dr. Alois Alzheimer había señalado la presencia de acumulaciones de lípidos en los cerebros de pacientes después de su muerte, cuando la enfermedad fue descrita por vez primera en 1906. Pero esta observación fue rechazada y olvidada por la complejidad de la bioquímica de lípidos.
En los análisis del nuevo estudio, estos depósitos de grasa fueron identificados como triglicéridos enriquecidos con ácidos grasos específicos. Se constató además que estos ácidos grasos son producidos por el cerebro. Con el envejecimiento normal, se acumulan poco a poco. Sin embargo, el proceso se acelera notablemente en presencia de genes que predisponen a la enfermedad de Alzheimer.
Afortunadamente, existen inhibidores farmacológicos de la enzima que produce estos ácidos grasos. Esos candidatos a medicamentos están siendo probados podrían ser eficientes en tratar el Mal de Alzheimer en opinión del equipo de Fernandes y Hamilton.
Fuente: noticiasdelaciencia.com