En los últimos años, y con más frecuencia, la palabra “bullying” se ha convertido en parte del vocabulario de los salvadoreños. Decir bullying es lo mismo que decir insultos, golpes, palabras hirientes, rechazo, inseguridad, miedo, daño, agresión.

El bullying escolar puede ser cometido por los alumnos, maestros, e incluso la escuela misma. En la primaria es cuando el bullying se vuelve más común, ya que en esta edad los niños buscan encajar, y ser aceptados por los demás.

Un niño que sufre de bullying tendrá miedo de decir lo que está sucediendo, por vergüenza o porque no sabrá cómo lidiar con estas emociones.

Señales de alerta:

• Apatía por asistir a clases.
• Depresión.
• Llorar con facilidad.
• Retraimiento.
• Útiles escolares y dinero extraviados con frecuencia sin una explicación lógica.
• Ropa rasgada.
• Golpes y moretes.

Muchos piensan que esto es parte normal de las relaciones entre compañeros, sin embargo las consecuencias de este problema para las víctimas son:

• Inestabilidad emocional.
• Pobre autoestima.
• Bajo rendimiento escolar.
• Trastornos de sueño.
• Deseos de venganza.
• En casos extremos, acoso hasta la muerte.

En la adultez las consecuencias para los que han sufrido el bullying pueden desencadenar ataques de pánico y ansiedad, agorafobia, y otros trastornos; en cambio para el victimario está en riesgo de repetir estos comportamientos antisociales cuando crezca.

Consejos para ayudar al niño o niña que sufre de bullying:

• Mantener una excelente comunicación basada en la confianza.
• Reiterarles que en ningún momento es su culpa lo que está sucediendo, y que no hay nada malo en ellos. Quien ha decidido comportarse de esa manera es el bully.
• Preguntar al niño qué hicieron en el colegio ese día, con quién jugó, con quién comió la merienda, o si la compartió con alguien.
• Planear estrategias con los niños de lo que deben hacer cuando se encuentren en esta situación.
• Explicarles que deben evitar las peleas, y que inmediatamente deben de acudir a un adulto para que intervenga.
• Trabajar de cerca con las autoridades del colegio y si es necesario involucrar a otros padres de familia.
• Nunca aconsejar a que actúen de la misma manera que el “bully”. Recuerda “la violencia únicamente genera más violencia”.

Por Mónica Vanegas
Tutora escolar