La técnica del semáforo se ha convertido en un recurso muy útil para enseñar a los niños a gestionar sus emociones, especialmente en situaciones de conflicto como las discusiones con hermanos o los berrinches.
En muchas ocasiones sucede que una broma o un juego acaban en una pelea descontrolada, esto es ocasionado porque a los menores les cuesta controlarse y su cerebro sufre un arrebato emocional. Este puede ser un problema que está presente también en adultos.
Te podría interesar: Procrastinar: ¿Cuestión de mal manejo de emociones?
¿En qué consiste la técnica del semáforo?
Esta técnica está orientada en el control de las emociones en niños y niñas. Su objetivo es que aprendan a reconocerlas y a aceptarlas para que puedan vivirlas y procesarlas.
A edades tempranas los menores no son capaces de autorregularse y detener a tiempo sus impulsos emocionales. La técnica del semáforo busca trabajar el autocontrol y la regulación para poder interpretar qué nos quieren decir dichos sentimientos.
Es importante no subestimar ni evitar las emociones. Estas no deben ser eliminadas ni mitigadas, solamente postergar su expresión para un momento donde ya se haya recuperado la calma.
¿Cómo aplicar la técnica del semáforo?
Para aplicar esta técnica con niños y niñas se recomienda imprimir, dibujar o recortar una imagen de un semáforo. Esto se puede evaluar de acuerdo con la edad del niño.
Luego puedes explicar de mejor manera estos 3 sencillos pasos o colores:
Rojo/Parar
Cuando sabemos que estamos muy molestos, incluso al punto de querer agredir a alguien, debemos parar sí o sí. Cerrar los ojos y respirar disminuirá esa carga emocional.
Amarillo/Precaución
Aquí debemos evaluar nuestros pensamientos. Es decir, identificar la causa del problema y aquellas emociones que se han presentado.
Verde/Puedes continuar
Toca entonces buscar alternativas al conflicto. Para eso hay que afrontar, estando seguros de que la decisión tomada es correcta porque nos hace sentir bien.
Una manera de practicar este juego es colocar semáforos en diferentes lugares de la casa. Es una forma de recordarles que siempre podrán utilizar esta técnica cuando se enfaden.
Técnica del semáforo en adultos
Lo cierto es que esta técnica es igualmente eficaz en adultos, y puede ayudar a calmarnos y pensar, en lugar de enfadarse y gritar a los niños u otras personas.
Para mejorar la comunicación, la técnica del semáforo puede variar un poco de su forma inicial, esto puede usarse sobre todo con la pareja, con familia o amigos. Cuando alguien nos dice algo que nos molesta o simplemente cuando tengamos que hablar con alguien sobre algo importante, podemos hacernos la siguiente pregunta: “¿En qué color estoy?”.
ROJO = enfado, ira, indignación, etc.
Si estoy en rojo, será mejor tener claro que ese no es un buen momento para hablar. Seguramente será nuestra emoción quien hable por nosotros. Así que deberemos PARAR e incluso comunicarle de alguna forma a la otra persona que ese no es el mejor momento para comunicarse de forma asertiva.
AMARILLO = Estoy empezando a sentirme molesto.
Puede ser un buen momento para tomarnos unos minutos y aplicar alguna de esas estrategias que nos sirven para calmarnos o relajarnos.
VERDE= Estoy tranquilo.
En este caso, ¡adelante! En este momento podremos comunicarnos de manera asertiva sin problemas.
Cada uno necesita su tiempo y espacio para volver a “estar en verde” así que si yo estoy calmado pero la otra persona no lo está, no servirá de nada la comunicación que se está buscando. Lo importante es que poco a poco todos aprendamos a identificar y gestionar correctamente nuestras emociones para tener mejores relaciones con los demás.
Los comentarios están cerrados.