El colesterol es una sustancia muy importante para el organismo, ya que interviene en la formación de los ácidos biliares, que son imprescindibles para la digestión de las grasas. Asimismo, los rayos de sol lo transforman en vitamina D para proteger la piel de agentes químicos y evitar su deshidratación.
Además, a partir de él se forman algunas hormonas, como las sexuales y las tiroideas. La sangre transporta el colesterol desde el intestino o desde el hígado hasta los órganos, que lo necesitan para desarrollar sus funciones adecuadamente.
El problema está cuando las cifras de colesterol son muy elevadas, ya que junto con la hipertensión, la obesidad y la diabetes, es uno de los factores más importantes de riesgo cardiovascular. Y esto se traduce en una mayor probabilidad de sufrir por ejemplo un infarto agudo de miocardio, la primera causa de muerte entre la población española por delante del cáncer.
¿CÓMO SABER SI TIENES EL COLESTEROL ALTO?
Existen dos tipos de colesterol: el HDL o colesterol “bueno” y el LDL o colesterol “malo”. Los análisis de sangre a veces solo recogen la cifra de colesterol total. Si sale alterada, es conveniente realizar un perfil lipídico para ver los valores de cada tipo de colesterol por separado. En general, las cifras recomendadas son estas:
- Colesterol total: inferior a 200 mg/dl. Se habla de hipercolesterolemia cuando se supera este valor. Por encima de 240 mg/dl, se duplica el riesgo de sufrir un infarto.
- Colesterol HDL o colesterol “bueno”: superior a 35 mg/dl en el hombre y a 40 mg/dl en la mujer. Si está alto contrarresta el peligro del colesterol total.
- Colesterol LDL o colesterol “malo”: menos de 100 mg/dl. Las cifras por encima de 160 mg/dl son peligrosas.
- Triglicéridos: esta grasa debe estar por debajo de 150 mg/dl. Se habla de hipertrigliceridemia si las cifras son mayores de 500 mg/dl.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL COLESTEROL ALTO?
El principal peligro de tener el colesterol elevado es precisamente que no produce síntomas físicos ni otros signos que puedan hacernos sospechar. Para averiguarlo, es necesario un análisis de sangre que determine los niveles. De ahí la importancia que tiene hacerse analíticas de control anualmente.
¿POR QUÉ ES TAN PELIGROSO TENER EL COLESTEROL ALTO?
Cuando las cifras de colesterol no se mantienen entre los límites que se consideran “normales”, las células no son capaces de absorber el colesterol que circula por la sangre y el exceso se va depositando en la pared de las arterias. Esto provoca su estrechamiento progresivo y acaba originando la temida aterosclerosis, es decir, su endurecimiento.
Estos acúmulos de grasa se pueden producir en las paredes de todos los vasos sanguíneos, pero cuando lo hacen en los que irrigan el corazón y el cerebro, la sangre no puede pasar a través de ellos adecuadamente, originando graves enfermedades, como infarto o ictus.
TRATAMIENTO PARA EL COLESTEROL ALTO
Tanto para su prevención como para su tratamiento, seguir una dieta sana y equilibrada, como la mediterránea, es fundamental y la primera medida terapéutica que el médico recomendará. Con estas pautas, en muchos casos se puede mantener el colesterol a raya sin necesidad de medicación:
- Aumentar el consumo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales y aceite de oliva como grasa saludable.
- Consumir pescado al menos 3 veces por semana, sobre todo pescado azul por su riqueza en ácidos grasos poliinsaturados, que contribuyen a la regulación de las cifras de colesterol.
- Suprimir o reducir al máximo el consumo de grasas saturadas, presentes en carnes rojas, bollería industrial, precocinados, congelados…
- Tomar lácteos desnatados, ya que tienen un contenido más bajo en grasas.
- Limitar el consumo de alcohol, porque eleva los niveles de colesterol en sangre.
- Dejar de fumar, pues está comprobado que el abandono de este hábito reduce los niveles de colesterol LDL o “malo” e incrementa los niveles del HDL o colesterol “bueno”.
- Practicar ejercicio físico con regularidad, principalmente aeróbico, como caminar a diario a buen ritmo.
Con frecuencia las personas que sufren sobrepeso u obesidad tienen los valores de colesterol y triglicéridos elevados. Al perder peso, pueden reducir las cifras y llegar a normalizarlas sin necesidad de tratamiento.
Sin embargo, cuando todas estas medidas no son suficientes para controlar las cifras de colesterol, el médico puede pautar un medicamento específico para ello. No todos los fármacos son iguales, ni tampoco igual de efectivos para todas las personas, por lo que es muy importante no automedicarse. El médico decidirá cuál es el medicamento más adecuado para cada paciente.
Por otro lado, en el mercado existen algunos productos "anticolesterol", como margarinas o lácteos, que pueden resultar efectivos en algunos casos.