Cuando hablamos de conseguir una piel radiante y más sana, mantener una barrera protectora saludable es la clave. Recordemos que la piel es nuestro órgano más extenso y quien se encarga (entre tantas otras cosas) de ser nuestro escudo contra las agresiones externas.
Probablemente escuches mucho sobre ella y es que se encuentra en la capa más superficial de nuestra piel y mantener la salud de ella es primordial para prevenir la pérdida de agua de la piel, para la protección contra la radiación UV, radicales libres, agentes patógenos, proliferación de infecciones, contra agresiones medioambientales y más.
Pero si la barrera se daña, entonces la piel tendrá dificultades para su normal funcionamiento. Los niveles naturales de humedad se pierden provocando que la piel se deshidrate, produzca más brillo, pique, se inflame, o salgan brotes inesperado.
Hay varios factores que pueden alterar y muchos de ellos escapan de nuestras manos. Entre los más comunes tenemos la edad, los cambios climáticos, la higiene excesiva o con productos inadecuados, e incluso la radiación UV. Sin embargo, si bien no podemos detener el tiempo ni cambiar la temperatura a nuestro antojo, hay una serie de hábitos que sí podemos cambiar cuando sentimos que nuestra carita se ha visto afectada.
- Cambios climáticos o temperaturas extremas
- Higiene excesiva o con productos inadecuados
- Exposición solar prolongada y sin protección
- Sobre exfoliar innecesariamente
- Genética y situaciones de estrés
- Rutina con productos inadecuados⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Consejos para cuidar la barrera protectora de la piel: ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Minimiza tu rutina: Si tu barrera está dañada, el comienzo para reparar es olvidarte de los 10 pasos. En este momento es cuando debes tratar a tu piel con cuidado y entregar sólo lo que realmente necesita hasta que se recupere por completo. Cuando te enfermas del estómago, al día siguiente no vas por un menú con papitas fritas, bebida y hamburguesa ¿verdad? Lo común es comenzar tu dieta con arroz blanco más una proteína sin grasa para que tu cuerpo vuelva a la normalidad y no se esfuerce demasiado. Con tu piel es lo mismo, si esta se ha deshidratado, es extremadamente sensible o está pasando por un mal momento, debes ir poco a poco.
Evita exfoliantes o ingredientes demasiado irritantes: Cuando tenemos granitos o una textura dispareja, los ácidos exfoliantes podrían ser un excelente aliado, pero NO cuando tu barrera está alterada.
Si bien hay múltiples beneficios con la exfoliación, en el caso de los AHA o BHA, por su tamaño molecular y pH ácido suelen ser irritantes en pieles que poseen su barrera alterada. Así mismo, algunos ingredientes con potencial irritante como el alcohol o aceites esenciales, es mejor evitarlos hasta que tu piel se vuelva más fuerte y saludable.
Haz una limpieza suave con limpiadores de buen pH: Cuando lavamos el rostro con limpiadores de pH alcalino, alteramos el pH de la piel y en consecuencia su función barrera, creando el ambiente ideal para la proliferación de bacterias, prurito, deshidratación o dermatitis. Así que, mantener la acidez de nuestra piel desde el comienzo, nos ayudará a mantener intacta la salud de nuestra piel.
Por último, mantén la hidratación y no te olvides del protector solar: Estos puntos son parte de lo básico que debemos considerar para nuestra piel. Sea del tipo que sea, SIEMPRE debemos mantenerla lo suficientemente hidratada y protegida de la radiación UV.
Cuando esta tiene su barrera alterada o deseas fortalecer, presta atención a productos con ceramidas, colesterol y ácidos grasos.
