
Los problemas digestivos como dolores de estómago, hinchazón, gases y eructos, diarrea o estreñimiento, pesadez o acidez son muy comunes pero su explicación no suele ser única.
Para hallar su causa hay distintos factores a tener en cuenta, como la dieta, el nivel de estrés o nervios, medicación, infecciones o intoxicaciones alimentarias pasadas. Y también factores genéticos, desde el nacimiento o adquiridos a lo largo de la vida, que pueden favorecer o proteger ante la aparición de estos problemas.
Un porcentaje importante de pacientes con estos problemas digestivos sufren también dolor de cabeza, ansiedad, depresión, insomnio o problemas para dormir, llagas en la boca, dolores articulares y musculares, problemas urinarios, dolor ginecológico y enfermedades asociadas tanto al aparato digestivo como a otros órganos como la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica o la sensibilidad química múltiple, entre otras, explica el especialista en Aparato Digestivo, Francisco Santos.

Pruebas y diagnóstico de los problemas digestivos
Ante la presencia de estos síntomas, es frecuente que el médico tenga que realizar algunas pruebas para estudiar el origen de los mismos. No es raro que tras estas pruebas se pueda detectar algún problema específico, como la intolerancia a alimentos o a determinadas sustancias alimenticias o nutrientes, como la lactosa o la fructosa; alergias a algún componente de los alimentos; alguna infección por parásitos o bacterias en el aparato digestivo; inflamación del intestino; aumento de permeabilidad de las paredes del tubo digestivo, piedras en la vesícula biliar; malabsorción de vitaminas o de ácidos biliares. En resumen, son muchas y muy variadas las causas que dan lugar a los síntomas digestivos y, con frecuencia, no hay solo una causa sino varias.
Puedes leer: Recomendaciones de una nutricionista para controlar la inflamación estomacal
Tratamiento de los problemas digestivos
La parte positiva es que en la mayoría de casos el tratamiento puede restablecer la normalidad en la vida del paciente. Se suele conseguir combinando diferentes tratamientos que van desde los más sencillos, pero necesarios, como enseñar a comer bien y sano, actividad física, ejercicios de relajación, etc. hasta otros tratamientos más específicos con fármacos o productos sanitarios y complementos alimentarios.
Es fundamental ponerse en manos de un especialista con experiencia en las enfermedades digestivas para conseguir un restablecimiento exitoso. A menudo incluso será necesario visitar a diferentes profesionales sanitarios, como fisioterapeutas, osteópatas, quiroprácticos, nutricionistas, psicólogos y psiquiatras, así como diversas técnicas de relajación, meditación, mindfulness, entre otras.