Ante la futura implementación de la tecnología 5G, que asegura la conexión a internet y velocidades más rápidas, varios grupos han manifestado su preocupación por las posibles repercusiones que puede tener en la salud, como desarrollo de cáncer, debido a su sistema de radiación electromagnética.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer (IARC) han clasificado toda la radiación de las frecuencias de radio (que incluye a la tecnología 5G), como “posibles carcinógenos”, es decir, que puede favorecer la aparición de cáncer.
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En 2018, un informe del Departamento de Salud de Estados Unidos señalo que ratas macho expuestas a altas dosis de radiación de frecuencia de radio desarrollaron un tipo de tumor canceroso en el corazón. Los animales fueron expuestos a la radiación de teléfonos móviles durante nueve horas al día por dos años. Sin embargo, los investigadores señalaron que “las exposiciones usadas en los estudios no pueden compararse directamente con la exposición de los seres humanos a los celulares”.
A pesar de esto, expertos han explicado que la banda de las ondas de radio, utilizadas en los celulares) no son ionizantes “carecen de suficiente energía para descomponer el ADN y causar daños celulares”.
También han señalado que el sistema de tecnología 5G al implementar nuevas torres trasmisoras requiere niveles de potencia aún menores que la tecnología 4G. Además, han indicado que, aunque se prevea un posible incremento en la exposición a las ondas debido a la tecnología 5G, el valor total de exposición seguirá siendo bajo según los parámetros de la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (Icnirp).
La OMS afirma que las exposiciones a frecuencia electromagnética debajo de los límites del Icnirp no parecen significar un riesgo para la salud.