La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, después de las enfermedades cardiovasculares. Aunque este tipo de cáncer no se incluye dentro de los más frecuentes en la edad adulta, son muy comunes en la infancia.
Los tipos más comunes de cáncer infantil incluyen la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos.
Te compartimos cinco preguntas para entender esta enfermedad.
¿Qué es el linfoma?
El linfoma es un cáncer que se desarrolla en las células blancas del sistema linfático. Los síntomas pueden incluir ganglios linfáticos agrandados, pérdida de peso inexplicable, fatiga, sudoración y falta de aliento nocturnos, tos, o problemas para respirar.
¿En qué consiste el linfoma?
El linfoma es un cáncer que se desarrolla en las células blancas (linfocitos) del sistema linfático que es parte del sistema inmunitario del cuerpo.
El sistema linfático incluye: una red de pequeños canales, similares a los vasos sanguíneos, por los que circula un líquido (llamado linfa), los nódulos linfáticos (también llamados ganglios), la médula ósea y varios órganos; todos ellos están compuestos por linfocitos.
Existen dos tipos principales de linfoma: Hodgkin (HL) y no-Hodgkin (NHL), cada uno de los cuales tiene varios subtipos. El linfoma de Hodgkin, también conocido como enfermedad de Hodgkin, es mucho menos común que el linfoma no-Hodgkin.
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¿Cuáles son los síntomas del linfoma?
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle
- Pérdida inexplicable de peso
- Fiebre
- Transpiración nocturna desmedida
- Picazón generalizada
- Fatiga
- Pérdida del apetito
- Tos o dificultad para respirar
- Dolor en el abdomen, el pecho o los huesos
- Abdomen hinchado
- Sensación de estar lleno después de comer solamente una pequeña cantidad de alimentos
- Dificultad para respirar o tos
¿Forma en que se diagnostica y evalúa el linfoma?
Su médico de cabecera comenzará por preguntarle acerca de su historia clínica y los síntomas, y le hará un examen físico. El médico también puede ordenar una o más de las siguientes pruebas.
Análisis de sangre: el número de glóbulos blancos, plaquetas y glóbulos rojos puede disminuir cuando el linfoma se desparrama en la médula ósea. Los resultados de los análisis de sangre ayudan a determinar cómo están funcionando el hígado y los riñones.
Biopsia de los ganglios linfáticos: un procedimiento en el que se extirpa quirúrgicamente una parte o todo un ganglio linfático, para la observación bajo el microscopio en busca de la presencia de células del linfoma. En la muestra de la biopsia se pueden realizar otras pruebas de laboratorio, incluyendo estudios de genética molecular.
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Aspiración y biopsia de la médula ósea: un procedimiento quirúrgico en el que se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso de la cadera con el fin de extraer una pequeña cantidad de médula ósea líquida para que pueda ser analizada bajo el microscopio. Por lo general, este procedimiento se realiza una vez que se ha diagnosticado el linfoma para ayudar a determinar si la enfermedad se ha propagado a la médula ósea.
¿Cómo se trata el linfoma?
Las opciones de tratamiento se basan en el tipo y estadio del linfoma, y la edad y salud general del paciente. Para algunos tipos de linfoma, si la enfermedad está avanzada pero es de crecimiento lento (indolente), una opción puede ser la de un enfoque basado en esperar y observar. Cuando se requiere un tratamiento para el linfoma, se pueden utilizar uno o más de los siguientes tratamientos.
Quimioterapia: la quimioterapia, utilizada sola o en combinación con la radioterapia, es uno de los principales métodos de tratamiento para el linfoma. Involucra el uso de medicamentos destructores del cáncer que se administran por vía oral o por inyección.
Profilaxis del SNC, en la que se inyectan agentes quimioterapéuticos dentro de la columna vertebral a través de una punción lumbar; se puede utilizar para tratar ciertos tipos de linfoma no-Hodgkin que se han diseminado al cerebro o que presentan alto riesgo de dicha diseminación. Además, se pueden usar esteroides para aliviar la hinchazón y la inflamación.
Radioterapia: la radioterapia utiliza radiación de alta energía para reducir el tamaño de los tumores y matar las células cancerosas. Los pacientes con linfoma pueden ser tratados con radioterapia de haz externo, en la que los haces de rayos X de alta energía son generados por una máquina afuera del paciente y son dirigidos hacia el tumor y los ganglios linfáticos cancerosos. La radioterapia de haz externo se puede usar sola o en combinación con la quimioterapia.
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