Conozca la experiencia que nuestros amados bebés viven en la matríz y no se pierda las siguientes ideas de Annie Murphy Paul, autora del libro Orígenes: cómo los nueve meses antes del nacimiento afectan el resto de nuestras vidas.
El aprendizaje empieza mucho antes de lo que muchos de nosotros nos hubiéramos imaginado: en el vientre.
Con los nuevos descubrimientos ahora sabemos que mucho con lo que una mujer embarazada se encuentra en su vida diaria (el aire que respira, la comida y las bebidas que consume, los químicos a los que está expuesta, incluso las emociones que siente) es compartido de alguna forma con su feto. Esas cosas forman una mezcla de influencias tan individuales e idiosincráticas como la misma mujer.
Al atender esos mensajes, el feto aprende a responder preguntas cruciales para su supervivencia: ¿Nacerá en un mundo de abundancia o de escasez? ¿Estará seguro y protegido, o enfrentará constantes peligros y amenazas? ¿Tendrá una vida larga y fructífera o una corta y hostil?
La dieta y el nivel de estrés de la mujer embarazada proveerán pistas importantes sobre las condiciones que lo rodean. Los cambios resultantes en el cerebro del feto y otros órganos son parte de lo que les da a los humanos su enorme flexibilidad, su habilidad de prosperar en ambientes tan variados como la fría tundra en Siberia y los pastizales en la sabana en África.
El reconocimiento de que el aprendizaje en realidad empieza antes del nacimiento nos lleva a una nueva e impactante concepción del feto, de la mujer embarazada y de la relación entre ambos.
Por ello, el embarazo no es una espera de nueve meses del gran hecho del nacimiento, sino un periodo crucial en sí mismo, “un periodo de montaje o puesta en escena para el bienestar y las enfermedades posteriores en la vida”, como lo dice un científico.
Recomendaciones
- Si está embarazada coma pescado. Los ácidos grados omega tres en la comida de mar están asociados con mayor inteligencia verbal y mejores habilidades sociales en los niños.
- No se preocupe mucho por el estrés: Los bebés de mujeres depresivas son más propensos a nacer antes y tener poco peso al nacer, y pueden ser más irritables y tener más problemas para dormir.
- Coma chocolate: está asociado con menor riesgo de sufrir de una condición de alta presión arterial conocida como preeclampsia.
- Cuando sostenemos a nuestros bebés por primera vez, los imaginamos limpios y nuevos, sin marcas de vida, pero de hecho ellos ya han sido formados por el mundo y por las madres
Fuente: CNN en Español.