Dicen que es triste amar sin ser amado, pero es peor encontrar el aguacate después de haber cenado. Esta fruta (sí, es una fruta) queda perfecta para los tres tiempos de comida, con tortilla, con frijoles, en panes, como guacamole… Desde como lo veas, sabes que el aguacate es delicioso.
¿Cómo consumes el aguacate? Una vez está maduro, lo partes, le quitas la cáscara, botas la semilla y listo.
Vamos a hacer un alto e intentaremos hacer algo diferente: no tires la semilla, ¡consúmela! Sí, por muy extraño que suene, la semilla del aguacate tiene muchas propiedades que pueden hacer que tu organismo se desarrolle de mejor manera.
Antes que nada debemos decirte que es un antioxidante por excelencia, por lo que previene el envejecimiento celular y de paso ayuda a la piel a verse más joven; también aumenta las defensas para combatir enfermedades, principalmente las que son causadas por microbios hongos y parásitos.
Para quienes desean encender la llama de la pasión en su pareja, se ha comprobado que la semilla del aguacate contiene propiedades afrodisíacas para aumentar el deseo sexual; también se utiliza como un revitalizante para quienes sufren de cansancio y agotamiento.
Este poderoso alimento, usado de forma tópica, ayuda a aliviar los dolores musculares y de las articulaciones y es un excelente aliado para combatir granos que aparezcan en diferentes puntos de la piel.
Ahora que ya conoces en todo lo que te puede ayudar, te preguntarás ¿cómo comer la semilla de aguacate? Si le quitas la piel marrón puedes rallarla y tostarla hasta que tenga un color rojizo. Una vez tostada, puedes preparar una infusión, puedes utilizarla como acompañamiento de tus ensaladas y otras comidas o pulverizarla.
Tampoco abuses del consumo de la semilla ya que por su alto contenido en taninos, puede provocarte estreñimiento.